viernes, 12 de diciembre de 2014

Convoca al niño que hay en ti y mantén viva la esperanza

Lo que más me gusta de las fiestas navideñas es el deseo, que parece imperecedero, de recuperar la inocencia, la esperanza, la paz y el amor fraternal. Más allá de las calles iluminadas, los villancicos y los escaparates con sus tentadoras ofertas, lo que cada año llama mi atención y me reconforta, es la capacidad humana para mantener viva la fe en que, es posible vivir desde una actitud más sencilla, bondadosa, compasiva y a la vez, apasionada, soñadora y creativa. Es cierto que ese “espíritu navideño” queda, en gran medida, transformado en un asunto donde prima el consumo y la superficialidad. Pero en el corazón del  niño que todos seguimos siendo, en el fondo de lo más hondo de cada cual, al menos yo, sigo viendo ese anhelo y esa confianza.

En mi infancia, llegadas esta fiestas, disfrutaba leyendo cuentos de Navidad, colocando la estrella sobre el pesebre, intercambiando felicitaciones con quienes me rodeaban, realizando listas de buenos propósitos para el Año Nuevo y escribiendo la carta a los Reyes Magos. Hoy, más allá de como te guste disfrutar de estas fiestas, desde el enfoque del crecimiento personal y con el ánimo de convocar tu mejor voluntad, te invito a llevar a cabo algo similar. 

Para empezar, apoyándome en el capítulo cuatro de “Lo que el corazón quiere contemplar” te propongo leer un cuento:

“Bota Rebotada era un singular calzado de material fuerte y resistente, con una gruesa suela en su base, y el cuerpo lleno de hebillas y cordones. El color de su piel se parecía a las piedras del suelo, a las arenas del desierto y al polvo de los caminos. Formaba parte de la familia de los zapatos y su tamaño era el más grande de su especie. Pero era una bota que se avergonzaba de sí misma.

Sus comienzos no le ayudaron mucho a mantener su autoestima, pues en la primera zapatería en donde la expusieron fue colocada en un rincón del escaparate, dado que si la ponían en primera fila, por su gran tamaño, tapaba todo lo demás. A su lado y por delante colocaron unas finas sandalias, esbeltos mocasines de ante, exquisitas babuchas de seda, unas livianas zapatillas de ballet y hasta unos diminutos botines para bebés llenos de colores y encanto. Nadie se interesó por ella y a las pocas semanas la volvieron a meter en su caja. Bota Rebotada pensó que no servía para nada, que quizás estaba mal hecha y que se quedaría sin saber lo que era ser calzada, cuidada, considerada con aprecio y llevada por el mundo a descubrir nuevos caminos. Pensó que pasaría su vida encerrada o en la esquina de algún escaparate, sintiendo envidia hacia los zapatos que eran escogidos.

Pero sucedió que la zapatería fue asaltada por unos ladrones y Bota Rebotada formó parte del botín. Así empezó una época muy dolorosa para ella porque se la quedó un muchacho para quien su tamaño no era el adecuado y se le hicieron ampollas en los pies. —¡No servís para nada!, —le oía gritar. —Sois duras y bastas, y sólo sabéis producir heridas. Escuchándole, Bota Rebotada, se encontraba cada vez más confundida. Se sentía culpable pero no sabía por qué, pues no estaba en su horma la intención de hacer daño. ¿Por qué nadie reconocía su capacidad para proteger, para abrigar y para colaborar a mantener el equilibrio? Fue una época en la que hasta dudó de su identidad, pues su propietario, siempre metidos en peleas, más que como calzado la utilizaba como arma arrojadiza.

Finalmente fue vendida a una tienda de calzado usado. Y allí ocurrió el milagro. Un día, cuando más estaba sintiendo la vergüenza de ser mostrada con su precio totalmente devaluado, como si lo único que quisieran fuera quitársela de encima a cualquier coste, entró en la tienda una niña con ojos inocentes y sonrisa entusiasmada que pidió le acercaran el enorme calzado expuesto en el escaparate. Examinó la bota de cerca y dijo estar muy contenta de que en su interior cupieran dos o tres pies como los suyos, y quizás también sus manos.

—¿Es un regalo que quieres hacer a tu papá?, —preguntó el vendedor, que no entendía el interés que podía tener la niña en esa compra. —No, no …, —respondió la pequeña, —no es para hacer un regalo, es para recibir muchos regalos. Y continuó la explicación: —Me han dicho que hemos de poner nuestros zapatos en la chimenea de forma que se vean bien. Todos en mi familia son altos y tienen unos enormes pies, así que he pensado que necesito unas botas muy grandes, no sea que mis minúsculos zapatos pasen desapercibidos. Estas serán las botas que utilizaré cada Navidad y las mantendré limpias y bien cuidadas porque tienen una importante misión que cumplir.

Al escucharle Bota Rebotada se sintió emocionada y deseosa de comenzar esta nueva etapa de su vida. En ese momento comprendió que todo lo que le había sucedido anteriormente había facilitado este encuentro, y sonrió aliviada porque comprendió que estaba en buenas manos; aunque siempre había pensado que se sentiría bien cuando estuviera en buenos pies.”

Ahora, para seguir con las actividades que te sugiero a continuación, tienes que imaginar que Bota Rebotada es tu propia vida y esa criatura que elige esas botas y confía en verlas llenas de regalos, tu alma niña.

Desde esta idea te propongo elaborar una lista de buenos propósitos, hacer un ejercicio para honrar a quien contigo va, escribir tu lista de sueños, crear tu estrella personal y abrazar al niño que hay en ti.

1.- Ideas para la lista de buenos propósitos:

Toma consciencia, con inocencia, asombro y confianza, de la vida que eres, aquí y ahora, incluyendo materia y forma, capacidad y sentido, sueños y esperanzas. Y ama esa vida incondicionalmente.

Apóyate, aunque ahora, o en algún otro momento, hayas sentido vergüenza al comparar tu vida con la forma de otras vidas, te hayas confrontado con la pena de creer que a nadie le interesas, te hayas sentido inútil o con miedo a no encontrar lugar donde brillar entre todo lo demás.

Mantente fiel a ti mismo, siendo lo que eres y siendo a la vez todo lo que quieres llegar a ser. Contempla tu existencia, tenga la forma que tenga, como vehículo útil, el punto de encuentro entre los sueños y la tierra firme de la vida.

Ten confianza en que, en algún giro del camino, podrás percibir el sentido de todo lo vivido, en medio de las dificultades encontrar la oportunidad y, aunque lleguen en formas insospechadas, ver tus sueños hechos realidad. Más allá de tu apariencia y logros actuales, confía en que en tu naturaleza está la sabiduría y los recursos para desplegar todo tu potencial.

2.- Ejercicio para honrar a quien contigo va:

Afírmate en la convicción de que, más allá de los juicios basados en las apariencias, todos tenemos un sitio, un valor y una función; y desde alguna perspectiva todo puede ser admirado, si a tu mirada le pones inocencia y corazón. Anota todo lo que descubras que, formando parte de tu experiencia, está colaborando a que puedas avanzar en tu camino y disfrutar de esa vivencia. Bendice todo lo que forma parte de esa trama existencial; es decir, nómbralo con estimación y hónralo dándole reconocimiento y expresando tus mejores deseos y gratitud.

3.- Sugerencias para escribir tu lista de sueños:

La niña que se quedó con Bota Rebotada escribía sus deseos y confiaba en despertar contemplando sus botas llenas de regalos. Deja que el niño que hay en ti, realice su lista de sueños y luego busca una cartulina del color de las piedras del suelo, las arenas del desierto o el polvo de los caminos, recorta el contorno de unas enormes botas, y en su interior realiza un collage que incluya tu foto sonriente y otras imágenes que para ti representen tu vida, calzando esa feliz y soñada realidad. Coloca ese collage en un lugar bien visible para que te ayude a recordar lo que, en tu experiencia, tu corazón quiere contemplar.

4.- Elabora el símbolo de tu estrella personal:

Puedes buscar un mándala o diagrama concéntrico ya dibujado, o perfilarlo tú mismo organizando los trazos en forma armoniosa alrededor de un punto central. Mientras lo coloreas imagina que en ese espacio quedan integrados cada uno de tus sueños en su más feliz realización. Guarda esa estrella en algún bolsillo de tu camisa y del alma, siempre bien cerca del corazón. Simboliza tu misión y tu visión. Representa tu radiante expansión. Contemplarla será para ti, fuente de entusiasmo y motivación.

5.- Abraza al niño que hay en ti:

Busca un lugar tranquilo y asegúrate de que no te van a interrumpir. Siéntate manteniendo tu espalda erguida, cierra los ojos y comienza por tomar conciencia del ritmo de tu respiración. Con cada expiración imagina que estás yendo más y más adentro, queriendo alcanzar el centro de tu ser, tu hogar interior.

Después de unos minutos respirando así, imagina que ya has llegado y que ahí, en medio de una gran paz habita tu alma niña, guardando toda la creatividad que vuestros sueños necesitan respirar para hacerse realidad. Teniendo en cuenta este pensamiento sigue poniendo atención al ritmo de tu respiración. Ahora, al inspirar, imaginas que abrazas al alma que te anima, y, al expirar, te visualizas llenándote de su radiante energía. Piensa, además, en todo lo que a tu alrededor, por pequeño que sea, también sueña; y afírmate en la intención de interesarte por sus anhelos y las posibilidades de mutua colaboración.

Hazlo así hasta sentirte lleno de vitalidad y vuelve a ese hogar cada vez que el desánimo aparezca en tu experiencia o cada vez que quieras recordar tu esencia más espiritual.

Por último, para ayudarte a perseverar en la tarea de hacer realidad tus sueños te recomiendo repasar los artículos titulados “¡Manos a la obra!” y “¿Estás a la altura de tus sueños?”. Igualmente, si aún no lo has hecho, te invito a leer “Lo que el corazón quiere contemplar”, un libro que he escrito pensando en los niños y niñas que, tengamos la edad que tengamos, aún podemos ser. Intuyendo, como cada Navidad, que en el fondo de la vida siempre queda mucha espontánea alegría y mucha inocencia por nacer.

Gracias por tu atención. Te deseo lo mejor, ahora y siempre. ¡Felices fiestas y feliz 2015! Abrazos y hasta pronto.




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Hoy puede ser ese día… Tienes la oportunidad de convertir este día en un hermoso recuerdo. Cada día, una joya en tu memoria.

Momentos felices: Descubrirlos, promoverlos, disfrutarlos y atesorarlos. Recordando al poeta Gabriel Celaya.

Nadie triunfa solo: Una conmovedora historia de amor fraternal, en la que se inspiró el pintor Alberto Durero para hacer su famoso cuadro "Manos que oran".

Valora el presente: Aquí y ahora, es lo mejor que tienes.¡Aprende a aprovecharlo y disfrotarlo!






Coaching online: Si te interesa conocer mi labor profesional como coach personal te invito a visitar La Llamada También puedes escribirme a p.arcay@la-llamada.com y solicitar una sesión informativa y gratuita.
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"En el fondo de tu corazón están esperando los sueños no cumplidos y todo el amor que aún no ha podido ser. Date permiso para vivirlos.(“Lo que el corazón quiere contemplar”) 

Ahora, a tu alcance, un apoyo para el despertar de tu consciencia: “Lo que el corazón quiere contemplar” Un libro, para  leer y practicar, que expandirá tu poder creador y promoverá la conexión con la inteligencia de tu corazón. 

Puedes leer fragmentos o el libro completo, escucharlo en audio, descargar en ebook, todo gratuitamente aquí.

sábado, 6 de diciembre de 2014

Hoy puede ser ese día ...

Cuenta un relato oriental que, cruzando el desierto, un viajero se encontró a un hombre, muy pensativo, sentado al pie de una palmera. A poca distancia reposaban sus camellos, pesadamente cargados, por lo que el viajero comprendió que se trataba de un mercader de objetos de valor, que iba a vender sus joyas, perfumes y tapices, a alguna ciudad vecina.


Como hacía mucho tiempo que no conversaba con alguien, se aproximó al pensativo mercader, diciéndole:
 - "Buen amigo, ¡salud!... pareces muy preocupado. ¿Puedo ayudarte en algo?"
 - "¡Ay!", respondió el mercader con tristeza. "Estoy muy afligido porque acabo de perder la más preciosa de las joyas."
 - "¡Bah!", respondió el viajero. "La pérdida de una joya no debe ser gran cosa para ti, que llevas tesoros sobre tus camellos. Te será fácil reponerla."
- "Era una joya, como no volverá a hacerse otra" explicó el mercader. "Estaba tallada en un pedazo de piedra de la Vida y había sido hecha en el taller del Tiempo. Adornábanla veinticuatro brillantes, alrededor de los cuales se agrupaban sesenta más pequeños. Ya ves que tengo razón al decir que joya igual no podrá reproducirse jamás."
 - "A fe mía", dijo el viajero, "tu joya debía ser preciosa. Pero, ¿no crees que con mucho dinero pueda hacerse otra igual?"
 - "La joya perdida", respondió el mercader volviéndose a quedar pensativo, "era un día, y un día que se pierde... no vuelve a encontrarse."
 - “Tienes razón, pero ¿no crees que si sigues lamentándote por el día perdido ayer también perderás el día de hoy?”

 Tu día te está esperando. Solo por hoy. No va a volver. Pero puedes convertirlo en ese día que cuando acabe se haya transformado en un recuerdo hermoso. Una joya en tu memoria. Hoy puedes ser ese día. Tienes tu oportunidad.

Míralo con cariño. Ha llegado vestido de esperanza. Empieza regalándole una sonrisa. No le falta nada que tendrá el mañana o tuvo el ayer. Contémplalo sin prejuicios, como hacen los recién nacidos. El día y tú empezáis juntos con el amanecer.

Hoy puede ser ese día en el que…

... con entusiasmo, empieces algo nuevo y, con determinación, acabes algo pendiente.

... eches una mano a tu proójimo, te des una palmadita en la espalda y te fundas en un abrazo.

... compongas un verso hecho de esfuerzos que rimen igual de bien con tropiezos como con aplausos.

... dejes que el amor habite el espacio que hasta ahora ocupaba el temor.

... te atrevas a decir un “no” para respetarte y te entusiasmes diciendo un “si” para comprometerte.

... más allá de blanco o negro, percibas y disfrutes los infinitos matices de la vida.

... dejes que las críticas lleguen y se vayan. Y tú te quedes, aprendas y crezcas.

... te pares a escucharte. Sin prisas y sin juicios. Atentamente.

... bailes cada instante como si nadie te viera, bien amarradito a la vida y dejándote llevar por ella.

... tengas en cuenta la brújulade tu corazón y pongas rumbo al horizonte de tus sueños.

... recorras con entusiasmo y determinación, el trecho que va del dicho al hecho.

... difrutes buscando y encontrando motivos de admiración, agradecimiento y celebración.

... le encuentres las cosquillas a la vida y te rías a carcajadas con tu propia sombra o con alguna otra buena compañía.

... mires con compasión a quien contigo va y te veas en él, tanto en sus logros como en lo que aún no logrado alcanzar.

... aceptes lo que eres sin perder de vista lo que puedes llegar a ser. Y triste, alegre o de cualquier otra forma emocionado, te sientas consciente y vivo.

... pares el disco rayado de un resentimiento y vuelvas a escuchar la compasiva música de tu corazón.

... te diviertas jugando a recibir el presente que guarda cada instante y lo compartas con agradecimiento.

... des ese abrazo, expreses ese sentimiento y te des eso que nunca te das.

... cambies el paso a la rutina y, por el simple deseo de jugar, hagas algo más allá de lo habitual.

... calces el ánimo en otra mentalidad y experimentes como se anda la vida en ese caminar.

... regales una segunda oportunidad, envuelta en palabras amables, y una honesta actitud de apoyo que invite a volver a empezar.

... salgas a dar un paseo con el ánimo contento, como si estrenases tu vida, disfrutando cada momento como si fuera el primero.

... te sientas útil y contento, trabajando por ese ideal que te une a los demás y te acerca al horizonte que tu corazón quiere contemplar.

... hagas algo que nunca has hecho o hagas lo de siempre de forma diferente.

... respires la vida con el alma disponible, los ojos asombrados y la sonrisa puesta. Dispuesto a atrapar momentos felices.

Como canta Joan Manuel Serrat, “hoy puede ser un gran día, plantéatelo así” :0)



Gracias por tu atención. Estaré encantada de leer tus comentarios. Abrazos y hasta pronto.



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Momentos felices: Encuentra la actitud adecuada para descubrirlos, promoverlos y disfrutarlos.

¿Qué es lo que vas a celebrar hoy: Crea tu propio calendario de celebraciones en función de tus momentos más felices.

La risa, medicina gratuita yplacer contagioso: Formas de promoverla y poner en tu vida más sentido del humor.


Además...

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lunes, 1 de diciembre de 2014

¿Qué te cuentas? Doce claves para hacer de tu autodiálog, un aliado

¡Hoy parece como si mis pensamientos estuvieran martilleándome! ¿Has sentido alguna vez algo parecido? En un tono divertido, este vídeo escenifica esa situación:


Según los investigadores, alrededor de cincuenta mil pensamientos pasan por nuestra mente a lo largo del día. Parte de ellos son negativos, se repiten y se introducen en las conversaciones qumantenemos, más o menos conscientemente, con nosotros mismos. Si no aprendes a manejar bien un martillo  terminarás haciéndote daño en los dedos. El diálogo interior, al igual que un martillo,  puede ser un herramienta muy útil para tu bienestar o un arma de autosabotaje que sólo te provoque sufrimiento. 

Descartes decía que “su vida estuvo llena de desgracias, muchas de las cuales nunca sucedieron” y es que una cosa es tu vida y otra, la historia que te cuentas sobre ella. No puedes controlar los pensamientos que surgen en tu mente pero puedes elegir cuales atiendes, cuestionas, transformas o dejas ir. Esa elección tiene importantes consecuencias en tu vida pues influye en tu ánimo y en tu predisposición a la acción. Lo que te cuentas sobre lo que pasa condiciona lo que te pasa. Por eso hoy quiero compartir contigo doce claves para hacer de tu autodiálogo, un aliado:

1.- Crea un espacio diario para estar en silencio contigo mismo. El objetivo es que logres tomar distancia de tu conversación interna y te ubiques en una posición de observador del curso de tus pensamientos mientras te mantienes atento a tu respiración. Este enfoque te abre a la posibilidad de descubrir la silenciosa paz más allá de tu diálogo interior. También te puede ser útil esta visualización guiada en la que te invito a contemplar “Tu cielo interior”.



2.- Dedica tiempo a observar lo que te dices y el tono en el que te lo dices. Se trata de descubrir frases saboteadoras, debilitantes o desmotivadoras. Las que más se repitan ponlas por escrito para ir trabajando con ellas. Y establece un compromiso contigo mismo para cambiar positivamente tu autodiálogo.

3.- Repasa los pensamientos negativos que has detectado y cuestiónalos, uno a uno, para descubrir en qué se basan y poder desmontar su solidez. Pregúntate: ¿A qué asunto se refiere este pensamiento? ¿Se trata de un hecho o de una suposición? ¿Tengo la absoluta certeza de que es verdad? ¿En qué experiencias me apoyo para pensar esto? ¿Qué consecuencias tiene en mi vida pensar así? ¿Podría pensar de alguna otra manera?

4.- Escribe pensamientos positivos que puedan reemplazar cada pensamiento negativo de tu lista. Busca experiencias que apoyen esos nuevos pensamientos. Pregúntate: ¿qué consecuencias beneficiosas trae a mi vida pensar así? Imagínate alguna escena agradable relacionada con esta nueva forma de pensar y observa lo que sientes al visualizarla. Cuando estés disfrutando intensamente de ese momento, ánclalo, haciendo un sencillo gesto que quede unido a esa experiencia.

5.- Memoriza estos pensamientos positivos y repítelos a menudo a la vez que haces el gesto con el que anclaste la visualización.


6.- Crea frases divertidas de refuerzo (¡Alerta Houston tenemos un problema!) para bloquear los pensamientos negativos más recurrentes.  Una vez te hayas “pillado in fraganti”, sonríe y repasa los ejercicios que realizaste por escrito sobre ese pensamiento. Finaliza repitiendo el pensamiento positivo que lo reemplaza.

7.- Descubre si estás habituado a interpretar las circunstancias de forma negativa, trágica o atemorizante. O si en tu autodiálogo usas generalizaciones, sesgos negativos, etc… Oblígate a buscar otros enfoques que te permitan distintas perspectivas. Piensa en personas positivas, optimistas o que admires por su fortaleza y serenidad frente a la adversidad y pregúntate: ¿cómo interpretarían ellos esta misma situación? Para aprender más de este tema te animo a repasar el artículo “Pasos para entender, entenderte...

8.- Alimenta tu espíritu con lecturas, aúdios y vídeos inspiradores. Crea frases cortas que te fortalezcan, te ayuden a avanzar y a sentirte en paz y repítelas cuando más negativo te encuentres. Te invito a conocer mi colección de pensamientos motivadores.

9.- No permitas que los sentimientos de carencia aniden en tu corazón. Si aparecen invítales a que se muestren como posibilidades de mejora, aprendizaje y evolución. Dedica un tiempo cada día a sentir agradecimiento por todo lo valioso que hay en tu vida. Repasa lo que vas aprendiendo, los recursos que vas desarrollando y los pequeños trocitos de sueños que se van haciendo realidad. Cuando el camino se ponga muy cuesta arriba, aprovecha la inclinación para elevar tu mirada y que tu ánimo le siga, recordando tus ideales, tus valores y el sentido de tu caminar. Encontrarás más ideas y ejercicios en el artículo: “¿Estás a la altura de tus sueños?

10.- Pon más sentido del humor en tu vida y especialmente en las conversaciones contigo mismo. Aprende a no tomarte tan en serio. Trátate con ternura, quitando peso y dramatismo a tus autodiálogos. Te puede ser útil revisar el artículo, “La risa, una medicina gratuita y un placer contagioso”.

11.- No dejes que tu conversación interior parezca un disco rayado de rencores y resentimientos. En tu mano está hacer eterno o fugaz un mal recuerdo. Depende de la atención que le prestes. Aprende de esa experiencia y luego, suéltala. Te sugiero escuchar y practicar con el audio “Completando asuntos pendientes”.



12.- Atiende tus emociones. Si estás triste o enfadado no te servirá de nada querer mirar para otro lado o tratar de reprimir la emoción repitiendo frases positivas. Primero escucha tus emociones y habla con ellas. En el artículo “EmocionArtetienes un sencillo ejercico en cinco pasos que te ayudará a crear esa conversación.

Y recuerda siempre que, seas quien seas, más allá de tus logros o circunstancias, eres digno de amor. ¡Trátate bien!.

Gracias por tu atención. Estaré encantada de leer tus comentarios. Abrazos y hasta pronto.


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Para un mejor entendimiento: Si quieres preparar una conversación delicada, habla antes contigo mismo.

A preguntas inspiradoras, respuestas motivadoras: Preguntas poderosas para lograr un autodiálogo beneficioso y eficaz.

Un ejercicio de autocoaching: Cómo transformar positivamente tu atmósfera emocional y apoyarte cuando más lo necesitas.


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sábado, 22 de noviembre de 2014

La risa: una medicina gratis y un placer contagioso

Decía el filósofo William James: “No reímos porque somos felices, somos felices porque reímos.” Y después llegó la neurología explicando que cuando reímos nuestro cerebro segrega una hormona llamada endorfina, responsable de que nos sintamos muy bien. De manera que si estás intentando aumentar tu bienestar una buena pregunta puede ser: ¿Qué espacio dejas, en tu vida, para la risa?


Algunas personas limitan ese espacio pensando que “la risa es para cuando las cosas van bien”, “es de locos reírse sin ton ni son”, “tal como están las cosas no hay muchos motivos para sonreir”, “es de mala educación reir a carcajadas en público”, “el trabajo es algo serio, no es lugar  para risas”, etc … y luego se extrañan de sentirse tensos, estresados y … ¡de mal humor! En “Un minuto para el absurdo”, Anthony de Mello cuenta una anécdota a favor de la risa que me encanta recordar: “El maestro era cualquier cosa menos ampuloso. Siempre que hablaba provocaba enormes y alegres carcajadas, para consternación de quienes se tomaban demasiado en serio la espiritualidad y a si mismos. Al observarlo, un visitante comentó decepcionado: “¡Este hombre es un payaso!”. “Nada de eso” le replicó un discípulo: “Usted no ha comprendido nada. Un payaso hace que te rías de él. Un maestro hace que te rías de ti mismo.”

Desde mi punto de vista, el sentido del humor, -no la burla irrespetuosa o el sarcasmo hiriente-, es una fortaleza psicológica que ayuda a afrontar todo tipo de circunstancias y además, puede cultivarse. Hace un tiempo se hizo popular el lema: “Haz el amor y no la guerra”. Despues he visto modificada esta consigna diciendo: “Haz el humor y no la guerra”. Sin menospreciar la primera, hoy quiero compartir contigo algunas formas fáciles de poner en práctica la segunda. :0)

1.- Empieza por sonreir.
Sonríe porque estás vivo o por cualquier aspecto de tu vida por el que te sientas contento. Y además, sonríe sin motivo. Para experimentar. Inspira y al expirar, sonríe. Como si con tu sonrisa estuvieras preparándote para ser feliz.

2.- Busca motivos para reírte a carcajadas.
Ten siempre a mano y dedica tiempo a ver series de humor, comedias, monólogos o tiras cómicas. Queda con amigos con los que te rias mucho y compartan tu estilo de humor. Pregúntate: ¿qué puedo hacer hoy para reirme un poco más?

3.- Cuando más aburrido te encuentres ríete de ti mismo.
Recuerda momentos de frustración o situaciones en las que te hayas sentido molesto o avergonzado. Luego piensa que eso le ha sucedido a alguien que consideres muy serio, muy rígido o que no te cae bien. Exagera el asunto hasta llevarlo al absurdo como hacen los guionista en las películas cómicas. Encuéntrale su parte graciosa. Luego vuelve a recordar que eso te ha sucedido a ti. Posiblemente sentirás más empatía y ternura hacia ti mismo y hacia quien hayas escogido para protagonizar la escena. Humor empieza como humildad y acaba como amor.

4.- Date permiso para hacer “el tonto” y divertirte.
Atrévete a contar un chiste o trata de quitar hierro a una situación tensa con una respuesta  graciosa. Haz broma refiriéndote a alguna de tus manías o caricaturiza algo que sea propio de tu forma de ser. Diviérte haciendo “tonterías” con tus seres queridos, como lo hacías cuando eras niño, por el simple dese de reir y pasarlo bien. A veces, tener como “llave maestra”, una palabra dicha en un tono especialmente gracioso o un gesto cómico, puede ser una herramienta preciosa para disolver tensiones y abrir la puerta a la ternura.

5.- Cuando te sientas bloqueado ante un problema o falto de creatividad, encuentra algún comentario gracioso en relación a ese asunto. En ese momento habrás logrado distanciarte del conflicto lo suficiente para sentirte un poco mejor y verlo desde otra perspectiva. A veces, verlo con sentido del humor es la única forma de verle un sentido. En "Lo que el corazón quiere contemplar" propongo esta actitud:"Empieza buscando, en la circunstancia que afrontes, algún motivo de celebración y, por pequeño que sea, siente gratitud. Luego disponte a vivir esa situación con alegría de ser; afrontándola, en la medida que te sea posible, con ternura, sencillez y sentido del humor. Abraza esa experiencia con todo el amor que logres sentir y siéntete en paz por haber puesto en este momento tu mejor voluntad."

6.- Respeta los valores de los demás pero en lo concerniente a tus creencias pásalas por el filtro del sentido del humor. Si algo te parece demasiado “sagrado” para pasar esa prueba, quizás es que es un “tabú” y precisamente por eso conviene que lo puedas ver con más flexibilidad, inocencia y apertura de miras.

7.- Recuerda siempre que reir es un placer contagioso además de una medicina gratis. Como ejemplo este vídeo con el que espero sonrías y disfrutes.



Gracias por tu atención. Estaré encantada de leer tus comentarios. Sonrisas y hasta pronto. 


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sábado, 15 de noviembre de 2014

Seis pasos para tomar decisiones serenamente

Nuestra vida está llena de posibilidades y continuamente estamos eligiendo. Pero cuando nos damos tiempo para pensarlo, con frecuencia, aparece el miedo a equivocarnos. Nos pedimos tomar decisiones acertadas pero esa pretensión es un callejón sin salida. Nadie puede asegurar que una decisión fue correcta o incorrecta pues no sabemos que nuevas opciones se hubieran planteado si la decisión hubiera sido otra.

Además cada decisión implicará consecuencias positivas y negativas. Para comprobarlo te invito a realizar una lista de las cinco mejores decisiones que creas haber tomado en tu vida. Y una segunda lista con las cinco peores elecciones. Después describe las cosas buenas que hayan resultado de las malas elecciones y las cosas malas que hayan aparecido con las buenas decisiones. La próxima vez que tengas que tomar una decisión importante recuerda este ejercicio y piensa que lo realmente esencial es tener en cuenta que, tras cualquier decisión, podrás seguir eligiendo cómo afrontar las consecuencias y eso abrirá nuevos caminos y oportunidades.

Hoy, junto a estos primeros planteamientos, también quiero compartir contigo un itinerario de seis pasos para decidir con serenidad. A mi me resulta muy útil y espero que a ti también te ayude:

Paso 1.- Describe, por escrito, la situación sobre la que tienes que decidir. Una vez volcado en el papel todo lo que sepas sobre el asunto, ordena esa información y resume lo escrito reduciéndolo a lo más esencial. Como si tuvieras que explicárselo a otra persona en un minuto. Aquí te indico algunas preguntas que te ayudarán en este primer paso: ¿Cuál es la situación? ¿Por qué y para qué necesito tomar esta decisión? ¿Qué ocurrirá si no la tomo? ¿Qué tiempo tengo para decidirme? ¿Qué información necesito? ¿Entre cuantas opciones puedo decidir?

Paso 2- Cuando vayas a tomar una decisión pregúntate desde qué emoción la estás tomando. Se prudente si te mueve el odio o un profundo dolor. Te sugiero que te repases el artículo “Cincopasos para una buena gestión emocional” si estás en una situación así. Elegir siempre incluye, al menos mientras estás decidiéndote, entrar en una zona de incertidumbre. Deja que aparezca esa incertidumbre, siéntela y acéptala como parte del proceso, pero mantenla en la intensidad adecuada para que no te bloquee. Te ayudará tener claro cuanto antes la verdadera importancia del asunto sobre el que vas a decidir. Puedes lograrlo respondiendo a estas preguntas: ¿Estoy ante una decisión de vida o muerte? ¿Qué importancia tiene? ¿Se producirán cambios importantes en mi vida en función de la decisión que tome? ¿Qué es lo que realmente está en juego? ¿Qué es lo que más temo que suceda?

Paso 3.- Trata de ampliar las opciones que han aparecido en un primer momento, buscando puntos de vista alternativos. Usa tu creatividad. Por ejemplo imagina qué decidiría un niño, un árbol, alguien que tú admiras, un anciano, etc… Y escucha a todos los aspectos de ti mismo. ¿Qué te dice tu intuición? ¿Qué parece lo más razonable? ¿Cuál es la decisión más fácil? ¿Cuál la que más te entusiasma? ¿Cuál es la decisión que sientes más tuya? ¿Hay alguna decisión que atendería todos estos aspectos o la mayoría de ellos?

Paso 4.- Cuando veas más clara una opción pregúntate qué te mueve a decidirte por ella. Qué valores o qué prioridades te llevan a esa decisión. Teniendo en cuenta tus sueños y el tipo de vida que estás queriendo construir, ¿de qué manera afectaría tu decisión a esa trayectoria? De esta forma tendrás la seguridad de que lo que elijas, más allá de las consecuencias imprevistas, o la dificultad del momento, te ayudará a sentirte en paz contigo mismo. ¿Esta decisión te acerca más a tu visión? ¿Saca lo mejor de ti y te permite seguir creciendo?

Paso 5.- Consúltalo con la almohada. Los científicos explican que mientras soñamos -en la fase REM del sueño- nuestro cerebro suaviza las emociones dolorosas almacenadas en la memoria. Al despertar con menos carga emocional nos sentimos más capaces de tomar decisiones.

Paso 6.- Recuerda, una vez más, que estás buscando una decisión lo suficientemen te buena con la información que tienes en este momento y no la solución perfecta. Recuerda también que no tomar una decisión es tomar la decisión de que decidan otros o la vida y eso igualmente tendrá sus ventajas e inconvenientes. Considerado todo esto, renueva la confianza en tu sabiduría interior. Te invito a leer y poner en práctica el fragmento de “Loque el corazón quiere contemplar” que transcribo a continuación:  
Si miras el camino que has ido dejando atrás, comprenderás que infinitos son los elementos que han posibilitado tal caminar. Infinito el caudal de energía desplegándose en luces y sombras, dimensiones, rumbos y geometrías. Infinita vida haciéndose y deshaciéndose para ir tejiendo la singular trama de tu laberinto vital.
Tras esta contemplación puedes entender que desde la puntual e individual perspectiva no hay suficiente visión para determinar qué es digno de amor y qué no merece tal distinción. Así puedes llegar a comprender que para seguir creciendo tienes que confiar en la inteligencia de tu corazón, que es potente energía que convoca a la integración.
Con este ánimo, cada vez que te sientas en conflicto o te resulte difícil asumir con serenidad una situación, ubícate en ese círculo cordial y convoca su vibración para expandir tu percepción de la situación, recitando la siguiente afirmación:
Confío en la inteligencia de mi corazón donde encuentro conocimiento y efectiva disposición para, aquí y ahora, vibrar en sintonía con todo lo que es y encontrar creativos cauces de acción desde la paz y la libertad de ser.”

Gracias por tu atención. Estaré encantada de leer tus comentarios. Abrazos y hasta pronto.


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Estaré encantada de atenderte.



"En el fondo de tu corazón están esperando los sueños no cumplidos y todo el amor que aún no ha podido ser. Date permiso para vivirlos.(“Lo que el corazón quiere contemplar”) 

Ahora, a tu alcance, un apoyo para el despertar de tu consciencia: “Lo que el corazón quiere contemplar” Un libro, para  leer y practicar, que expandirá tu poder creador y promoverá la conexión con la inteligencia de tu corazón. 

Puedes leer fragmentos o el libro completo, escucharlo en audio, descargar en ebook, todo gratuitamente aquí.

sábado, 1 de noviembre de 2014

Tu capacidad de atención, un valioso capital. Cómo desarrollarla, manejarla e invertirla eficazmente.

Un antiguo cuento zen relata como “después de ganar varios concursos de arquería, un joven retó a un anciano maestro zen, también reconocido por su destreza como arquero.

El joven demostró una notable técnica dándole al centro de la diana en el primer tiro y partiendo la flecha con el segundo.

- "Ahí está", le dijo al monje, "¡a ver si puedes igualar eso!".

Inmutable, el maestro no desenfundó su arco, sino que invitó al joven arquero a que lo siguiera hacia la montaña. Caminaron hasta que llegaron a un acantilado atravesado por un frágil y tembloroso tronco. Parado con calma en el medio del inestable puente, el maestro eligió como blanco un lejano árbol, desenfundó su arco, y disparó un tiro limpio y certero.

- "Ahora es tu turno", dijo mientras se posaba en tierra firme.

Contemplando con terror el abismo, el joven no se sintió capaz ni siquiera de subirse al tronco. No lograba quitar su atención del precipicio y el miedo a despeñarse le dejó paralizado.

- "Tienes mucha habilidad con el arco", dijo el maestro, "pero aún tienes mucho que aprender respecto al manejo de otra herramienta indispensable: tu atención."

Para saber lo que significa estar atento basta con observar a un bebé descubriendo un juguete. Participa con sus cinco sentidos en la experiencia y escudriña sin prisa. Tú también puedes prestar una atención plena a tus experiencias. De hecho lo haces, casi sin darte cuenta, cuando estás profundamente comprometido y entusiasmado con una tarea o cuando reaccionas a una situación crítica. Son momentos en los que te concentras plenamente en el presente. Además, como toda capacidad mental, la atención puede entrenarse conscientemente y mejorarse.

Te propongo que consideres tu capacidad de atención como un precioso capital que puedes invertir bien y obtener muchos beneficios o despilfarrar.  Por una parte la atención es fundamental para ser consciente de lo que estás viviendo de manera que ganarás intensidad en tus experiencias si eres capaz de concentrarte.   Por otro lado, eligiendo donde pones tu atención decides qué es lo que haces importante en tu vida, así que es una excelente ayuda para crear la vida que deseas.

A continuación te propongo siete claves para mejorar e invertir con eficacia tu valiosa capacidad de atención:

1.- La atención es energía. Allá donde la pongas promoverá crecimiento. Decide qué es lo que quieres hacer importante en tu vida y ponle atención. Te será útil revisar los artículos  ¿Tienes claro tu objetivo?” y “Cómo estar a la altura de tus sueños para aprender a concentrarte en tu visión y tu misión. La intención, la atención y la acción son tres poderosos aliados. Enfocados en un propósito vital, concentran y transmiten poder creador.

También, te sugiero dos ejercicios básicos para empezar a entrenar la atención. Es algo así como ejercitar los músculos de los brazos. Cuando estén fuertes te servirán para levantar y sostener mejor cualquier cosa:

“Elige un objeto que puedas coger entre tus manos y observalo durante un minuto. Atiende cada pequeño detalle tratando de mantener  la información en tu memoria. Pasado el minuto, retiralo de tu vista y escribe en una libreta todo lo que puedas recordar de ese objeto que acabas de contemplar.”

“Sentado cómodamente, cierra los ojos y escucha. Presta atención a cada sonido que vayas percibiendo. Identifica de dónde provienen, su tono e intensidad, etc.. y conforme vayas descubriendo nuevos sonidos, cuéntalos. Al ir practicando este ejercicio comprobarás que cada vez percibes más matices.”

2.- Mientras caminas hacia tus objetivos recuerda que, a cada paso puedes encontrar insospechada belleza que espera ser descubierta. No te ciegues poniendo únicamente tu atención en el horizonte soñado.

Te propongo practicar a menudo el ejercicio del agradecimiento. "Consiste en poner tu atención, durante varios minutos, en todo aquello que valoras y ya está presente en tu vida. Comienza a elaborar una lista con todo lo que vaya surgiendo y cada vez que realices el ejercicio, añade nuevos motivos de agradecimiento."

También, la siguiente práctica te ayudará a entrenar la plena atención en el momento presente: "Cuando vayas a comer, tómatelo con calma, utiliza tus cincos sentidos y concéntrate en cada uno de los alimentos y en la experiencia de saborear, masticar y tragar. Disfruta de todos los matices de olor, sabor, textura y color."

3.- Inviertes bien tu atención cuando la enfocas en tus objetivos en lugar de en todo lo que te separa de ellos. Cuando veas que estás dejándote llevar por las excusas, concéntrate en las razones por las que emprendiste el camino. Atiende lo que consideras importante sin dejarte distraer por las urgencias imtrascemdemtes. Encontrarás más sugerencias en el artículo Cómodar más vida a tu tiempo y ganar más tiempo para tu vida”.

Practicar el ejercicio de “volver a la respiración” también te será útil: "Siéntate cómodamente y durante diez minutos pon tu atención en tu respiración. Observa cómo entra y sale el aire por tu nariz. Cuando tu atención quede captada por un pensamiento, sensación o emoción, nómbralo en silencio y vuelve a enfocarte en la respiración."

4.- No te quedes hipnotizado con los problemas. A su lado están las soluciones. Quien solo ve las nubes es como quien solo ve los conflictos. Uno se olvida del sol por encima de ellas y el otro de su capacidad de superación. Puedes pasar mucho tiempo sumando tus problemas sin ver todas las capacidades que ellos te empujan a multiplicar.

Te ayudará practicar el ejercicio denominado “historia de tus momentos de superación personal”  "Elabora una lista de ejemplos de superación personal de tu propia vida. Repásala en días de desánimo. ¿Piensas que no vas a poder? Busca experiencias en tu historia que te demuestren que otras veces pudiste. ¿Piensas que es demasiado para ti? Busca en tu memoria momentos en que te sentiste superado y sin embargo encontraste el camino de salida Reconoce sin falsas humildades tus dones, talentos y cualidades e irá emergiendo más valor, coraje y osadía."

5.- Procura que tu atención no se quede demasiado tiempo enfocada en la queja. Una vez tenida en cuenta la insatisfacción, concéntrate en la solución, el aprendizaje y la superación. Pon atención a lo que va bien para optimizarlo, y a lo que no funciona para verlo como una oportunidad de mejora.

Te será muy útil repasar el artículo¡Manos a la obra! y aprender el ejercicio de “la zona de influencia”: "Cuando notes que tu atención está absorbida por continuas preocupaciones, quejas o insatisfacciones, coge unos folios y, tómate un tiempo para reflexionar. En una de las hojas escribe la lista de tus preocupaciones y malestares. Una vez hecha la lista repasa cada una de las anotaciones pregúntándote: ¿Qué está en mi mano hacer para mejorar esta situación? ¿Dónde está mi zona de influencia para la resolución de este problema? Escribe las respuestas en otro folio y cuando hayas terminado pasa a tu agenda todas las acciones que puedas llevar a cabo a partir de ese momento. Con este ejercicio habrás cambiado el enfoque de tu atención desde la zona de preocupación a la zona de ocupación."

6.- En tu mano está hacer eterno o fugaz un mal recuerdo. Depende de la atención que le prestes. Aprende de esa experiencia y luego, suéltala. Tu capacidad de atención queda mermada si tu conversación interior está enfocada en asuntos sin completar. ¡Acaba lo pendiente o dalo por cerrado! Te resultarán útiles las propuestas de los artículos “Cómocultivar el hábito de completar” y EmocionArte

El sencillo “ejercicio del sentir” te dispone a entrenar tu atención para estar presente en las experiencias emocionales: "Cuando te sientas movido por una emoción pregúntate: ¿Dónde la siento? ¿En qué parte del cuerpo se está manifestando? ¿Siento esa zona cerrada, abierta, pesada, vacía, ligera, dolida, o…? No hay respuestas correctas. Se trata de tu propia experiencia. Lleva tus manos allí dónde sientas la emociones, permanece un rato con las sensaciones que te van viniendo y observa sus cambios mientras respiras pausadamente."

7.- Vive con la actitud de los viajeros que captan los matices de los fugaces instantes. Abiertos al asombro, intuyendo lo maravilloso. Si en cada situación buscas motivos para admirar, agradecer y compartir, tu ánimo mejorará y crecerán tus ganas de vivir. Cultiva tu capacidad de asombro. Aunque todo parezca igual, a cada instante todo es diferente y así visto, el presente resulta apasionante. Estés donde estés disfruta eligiendo la belleza como centro de atención.

Practica “el ejercicio de reconocer”: "En cualquier momento, pon atención al momento presente haciéndote consciente de tu respiración y pasea la mirada detenidamente a tu alrededor con el objetivo de descubrir cosas o matices que hasta ahora te habían pasado inadvertidos. Párate en lo que llame más tu atención, observa los detalles, luego lleva tu atención a otro zona u otro objeto. Cuando veas que tu atención queda enganchada en tu diálogo interior vuelve a comenzar hasta que vayas descubriendo aspectos en los que antes nunca te habías fijado."

Hoy, más que nunca valoro y agradezco tu atención. Estaré encantada de leer tus comentarios. Abrazos y hasta pronto.




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"En el fondo de tu corazón están esperando los sueños no cumplidos y todo el amor que aún no ha podido ser. Date permiso para vivirlos.(“Lo que el corazón quiere contemplar”) 

Ahora, a tu alcance, un apoyo para el despertar de tu consciencia: “Lo que el corazón quiere contemplar” Un libro, para  leer y practicar, que expandirá tu poder creador y promoverá la conexión con la inteligencia de tu corazón. 

Puedes leer fragmentos o el libro completo, escucharlo en audio, descargar en ebook, todo gratuitamente aquí.