jueves, 22 de mayo de 2014

Momentos felices: Cómo descubrirlos y atesorarlos

Decía Fedor M. Dostoyevski que “eres infeliz porque no te das cuenta que eres feliz”. Y, en gran parte, comparto esta reflexión porque entiendo que la felicidad tiene que ver con sentirte vivo y, eso es fácil pasarlo por alto, en el trajín mental de las preocupaciones.

Quizás a ti también te sucede que eres más consciente de los momentos de tu vida en los que te sientes mal, por aquello de que si prestas atención al malestar puedes comprender lo que te sucede y transformarlo en bienestar. Cosa cierta del mismo modo que si prestas atención a tus momentos felices, puedes aprender de tu actitud en esas experiencias y multiplicarlas.

Mi percepción es que la felicidad está ahí, mezclada con otras sensaciones de la vida, fluyendo como un río interior que va tomando diferentes formas, creando muchas orillas y a disposición de quien quiera mojarse en sus aguas, a veces mansas, a veces, turbulentas. En “Lo que el corazón quierecontemplar” la describo así: “El libre e inocente movimiento de la vida, surgiendo en ti, en medio de una espontánea alegría y creatividad”.

Desde esta perspectiva, la clave para sentirte más feliz, es tomar más consciencia de los buenos ratos desparramados por los rincones de lo cotidiano. ¿Y cómo hacerlo? Por ejemplo, párándote más a menudo para saborear conscientemente todo lo que te ofrecen los cinco sentidos, la intuición y la imaginación. Pararte, respirar y dejarte llenar por la sensación de estar vivo. Además, recordar esos momentos, compartirlos, escribirlos, agradecerlos y celebrarlos. Piensa cuantas veces sientes malestar por estar dándole vueltas y más vueltas a una situación conflictiva. Imagina lo bien que volverás a sentirte recordando un vivencia feliz.

No he encontrado otra cosa más preciosa como herramienta para aprender a descubrir la felicidad, que el poema de Gabriel Celaya titulado "Momentos Felices". Cuando mi vida empieza a parecerme gris lo retomo y juego a buscar instantes así hasta tener una reconfortante lista. Luego me pongo manos a la obra para crear y atesorar muchos más.  Espero que disfrutes leyéndolo y que te inspire tanto como a mi:

 “Cuando llueve y reviso mis papeles, y acabo
 tirando todo al fuego: poemas incompletos,
 pagarés no pagados, cartas de amigos muertos,
 fotografías, besos guardados en un libro,
 renuncio al peso muerto de mi terco pasado,
 soy fúlgido, engrandezco justo en cuanto me niego,
 y así atizo las llamas, y salto la fogata,
 y apenas si comprendo lo que al hacerlo siento,
 ¿no es la felicidad lo que me exalta?

 Cuando salgo a la calle silbando alegremente
 -el pitillo en los labios, el alma disponible-
 y les hablo a los niños o me voy con las nubes,
 mayo apunta y la brisa lo va todo ensanchando,
 las muchachas estrenan sus escotes, sus brazos
 desnudos y morenos, sus ojos asombrados,
 y ríen ni ellas saben por qué sobreabundando,
 salpican la alegría que así tiembla reciente,
 ¿no es la felicidad lo que se siente?

 Cuando llega un amigo, la casa está vacía,
 pero mi amada saca jamón, anchoas, queso,
 aceitunas, percebes, dos botellas de blanco,
 y yo asisto al milagro -sé que todo es fiado-,
y no quiero pensar si podremos pagarlo;
 y cuando sin medida bebemos y charlamos,
 y el amigo es dichoso, cree que somos dichosos,
 y lo somos quizá burlando así la muerte,
 ¿no es la felicidad lo que trasciende?

 Cuando me he despertado, permanezco tendido
 con el balcón abierto. Y amanece: las aves
 trinan su algarabía pagana lindamente:
 y debo levantarme pero no me levanto;
 y veo, boca arriba, reflejada en el techo
 la ondulación del mar y el iris de su nácar,
 y sigo allí tendido, y nada importa nada,
 ¿no aniquilo así el tiempo? ¿No me salvo del miedo?
 ¿No es la felicidad lo que amanece?

 Cuando voy al mercado, miro los abridores
 y, apretando los dientes, las redondas cerezas,
 los higos rezumantes, las ciruelas caídas
 del árbol de la vida, con pecado sin duda
 pues que tanto me tientan. Y pregunto su precio,
 regateo, consigo por fin una rebaja,
 mas terminado el juego, pago el doble y es poco,
 y abre la vendedora sus ojos asombrados,
 ¿no es la felicidad lo que allí brota?

 Cuando puedo decir: el día ha terminado.
 Y con el día digo su trajín, su comercio,
 la busca del dinero, la lucha de los muertos.
 Y cuando así cansado, manchado, llego a casa,
 me siento en la penumbra y enchufo el tocadiscos,
 y acuden Kachaturian, o Mozart, o Vivaldi,
 y la música reina, vuelvo a sentirme limpio,
 sencillamente limpio y pese a todo, indemne,
 ¿no es la felicidad lo que me envuelve?

 Cuando tras dar mil vueltas a mis preocupaciones,
 me acuerdo de un amigo, voy a verle, me dice:
 "Estaba justamente pensando en ir a verte".
 Y hablamos largamente, no de mis sinsabores,
 pues él, aunque quisiera, no podría ayudarme,
 sino de cómo van las cosas en Jordania,
 de un libro de Neruda, de su sastre, del viento,
 y al marcharme me siento consolado y tranquilo,
 ¿no es la felicidad lo que me vence?

 Abrir nuestras ventanas; sentir el aire nuevo;
 pasar por un camino que huele a madreselvas;
 beber con un amigo; charlar o bien callarse;
 sentir que el sentimiento de los otros es nuestro;
 mirarme en unos ojos que nos miran sin mancha,
 ¿no es esto ser feliz pese a la muerte?
 Vencido y traicionado, ver casi con cinismo
 que no pueden quitarme nada más y que aún vivo,
 ¿no es la felicidad que no se vende?


Gracias por venir por aquí. Me encantaría saber de tus momentos felices. Estás invitado a participar. Hasta pronto.


Contenidos relacionados:


"¿Qué es lo que vas a celebrar hoy?Crea tu propio calendario de celebraciones, en función de tus momentos más felices

"Doce actitudes para que tu vida "pinte más feliz" Tú eres el artista y tu paleta de actitudes determina el color de tu día a día

"Valorar el presente: Aquí y ahora es lo mejor que tienesAprende a "cocinar" un día feliz, con el ejercicio de "la nevera casi vacía"





Coaching online: Si te interesa conocer mi labor profesional como coach personal te invito a visitar La Llamada También puedes escribirme a p.arcay@la-llamada.com y solicitar una sesión informativa y gratuita.
Estaré encantada de atenderte.


"En el fondo de tu corazón están esperando los sueños no cumplidos y todo el amor que aún no ha podido ser. Date permiso para vivirlos.(“Lo que el corazón quiere contemplar”) 

Ahora, a tu alcance, un apoyo para el despertar de tu consciencia: “Lo que el corazón quiere contemplar” Un libro, para  leer y practicar, que expandirá tu poder creador y promoverá la conexión con la inteligencia de tu corazón. 

Puedes leer fragmentos o el libro completo, escucharlo en audio, descargar en ebook, todo gratuitamente aquí.

sábado, 17 de mayo de 2014

Valora el presente. Aquí y ahora es lo mejor que tienes

Imagina que llegas a tu casa, es de noche y tienes hambre. Durante la semana no has tenido tiempo de hacer compras y tu despensa está en mínimos. Sin embargo, cuentas con algunos alimentos y condimentos, aunque nunca los has cocinado combinándolos entre sí. Es demasiado tarde para presentarte de invitado en casa de amigos o familiares. Y en este mes tus gastos han sido excesivos así que ni te planteas bajar a la cafetería de la esquina o llamar a la pizzería. Pero tus ganas de comer van en aumento.


Te sientas en el sofá y comienzas a reñirte por no ser más organizado, maldices a tu jefe por no pagarte un sueldo más alto, te recriminas por seguir viviendo sólo, te desprecias por no saber cocinar mejor y lloriqueas por todo lo que debería estar en tu nevera y brilla por su ausencia. Quieres comer pero no haces nada por atender ese deseo pues te has quedado estancado en la queja, observando con frustración aquello que, al menos en ese momento, no puedes cambiar. Sin darte cuenta, al rechazar los aspectos del presente que no te gustan, has perdido de vista todo lo valioso que también está formando parte de tu experiencia.

¿Y si ante la misma situación eliges otra respuesta? Supón que atendiendo tus sensaciones corporales, es decir, tus tripas rugiendo de apetito, determinas tu objetivo prioritario: alimentarte de la mejor forma posible dentro de tus posibilidades. Además, piensas que, dado que vas a tener que cocinar, mejor afrontarlo como una oportunidad de disfrutar siendo creativo. Mientras vas reuniendo los escasos alimentos, sientes agradecimiento hacia ellos, hacia las personas que los cultivaron y los elaboraron y empiezas a sentirte más en paz con la situación. Pones los cinco sentidos en la preparación de tu cena y disfrutas del olor de los ajos, del color de la zanahoria, de la textura de los tomates y hasta te sorprendes vertiendo los fideos al ritmo de la música que está sonando en la radio. Al final, con el estómago lleno, te das cuenta que has pasado un buen rato aunque consideras que estaría bien mejorar tu organización, tu sueldo, tus artes gastronómicas y hasta quizás replantearte lo de vivir en compañía. Te planteas qué es lo que está en tu mano hacer para lograrlo

Ahora te propongo que te traslades en tu imaginación a la cocina de tu vida. Te despiertas una mañana y compruebas que en tu existencia siguen faltando muchas cosas importantes. Tienes poco margen de maniobra y te sientes cansado. Aún así tienes ganas de vivir y algunos sueños latiendo en tu corazón. ¿Qué actitud vas a elegir para afrontar el día?
Puedes quedarte parado en el sofá, rumiando todas tus desgracias, repasando tus carencias, enfadándote contigo mismo y con todo lo que te rodea. Puedes centrarte en todo lo que va mal y olvidar tus objetivos, tus motivaciones y hasta tus ganas de ser feliz. Nada va a mejorar. Y te quedarás demasiado desanimado como para plantearte ningún cambio.

O mejor, puedes reunir todos los ingredientes aprovechables de tu presente, por pocos o insignificantes que sean, y cocinarlos de la forma más creativa que se te ocurra, sin perder de vista tus objetivos y poniéndole mucho amor. Luego, con mejor ánimo,  puedes ir pensando qué hacer para acercarte más al horizonte de tus sueños.

Por supuesto, es necesario tomar consciencia de los puntos de malestar, incomodidad e insatisfacción. Reconocerlos es el primer paso para evolucionar. Pero no es eficaz quedarte estancado en el territorio de la queja sin crear cauces de acción. Sin embargo, si recoges la energía del enfado, lo mezclas con una adecuada valoración de los recursos del presente, le añades entusiasmo y la diriges hacia un objetivo constructivo, se convertirá en coraje. Palabra que viene del latín cor y que en una de sus acepciones significa echar para adelante con corazón.

Y para finalizar mi gastronómica propuesta de hoy, te transcribo una breve y sencilla “receta” incluida en “Loque el corazón quiere contemplar” que te ayudará a centrarte y a sentirte en paz, más allá de las dificultades del momento: “Empieza buscando, en la circunstancia que afrontes, algún motivo de celebración y, por pequeño que sea, siente gratitud. Luego disponte a vivir esa situación con alegría de ser; afrontándola, en la medida que te sea posible, con ternura, sencillez y sentido del humor. Abraza esa experiencia con todo el amor que logres sentir y siéntete en paz por haber puesto en este momento tu mejor voluntad.

Si estás vivo, como decía Antonio Machado, hoy es siempre todavía. ¡Aprovecha bien esta oportunidad!

Gracias por leerme. Hasta pronto.


Contenidos relacionados:


"Una mirada de reconocimiento": La vida nos anuda en una misma red. Descubre el valor de esa trama de colaboración.

"¡Manos a la obra!": Ahora es el mejor momento de hacerlo. Organiza tu plan de acción.

"En clave de oportunidad": El presente está lleno de posibilidades. Aprende a aprovecharlas.

"¿Qué es lo que vas a celebrar hoy?": Disfrutando del presente es la mejor forma de avanzar hacia el futuro.





Coaching online: Si te interesa conocer mi labor profesional como coach personal te invito a visitar La Llamada También puedes escribirme a p.arcay@la-llamada.com y solicitar una sesión informativa y gratuita.
Estaré encantada de atenderte.


"En el fondo de tu corazón están esperando los sueños no cumplidos y todo el amor que aún no ha podido ser. Date permiso para vivirlos.(“Lo que el corazón quiere contemplar”) 

Ahora, a tu alcance, un apoyo para el despertar de tu consciencia: “Lo que el corazón quiere contemplar” Un libro, para  leer y practicar, que expandirá tu poder creador y promoverá la conexión con la inteligencia de tu corazón. 

Puedes leer fragmentos o el libro completo, escucharlo en audio, descargar en ebook, todo gratuitamente aquí.

sábado, 10 de mayo de 2014

Aprender a vivir, aprender a ser

Decia J. Krishnamurti que “aprender es descubrir que algo es posible”. Asomándome a este punto de vista, entiendo que aprender a vivir sería ampliar la consciencia de mi propio potencial de ser. Si estoy viva, puedo aprender a ser de infinitas maneras. Y la vida es la escuela perfecta.

Siguiendo con este enfoque, me gusta imaginar que en mi interior hay semillas que esperan ser cultivadas para florecer. Hace tiempo leí que en Tokio, encontraron una semilla de loto que había permanecido oculta en una canoa durante dos mil años. Un equipo de especialistas la trató y logro que, al cabo de unos meses, se convirtiera en un precioso loto rojo cuyos esquejes se repartieron después a instituciones botánicas de todo el mundo.

Nunca es tarde, suelo decirme cuando recuerdo esta noticia,  para apoyar el crecimiento de todo aquello que quiere aprender a ser, de alguna soñada manera. La posibilidad de aprender siempre está ahí si me mantengo abierta al aprendizaje y promuevo los contextos físicos, mentales y emocionales que lo faciliten. Y ¿cómo favorecer esa apertura? Por si tú también estás en esta escuela de la vida y tienes asignaturas pendientes, a continuación te sugiero algunas actitudes que a mi me ayudan a optimizar la preciosa y humana capacidad de aprender:

Reconoce que hay cosas que no sabes. Acepta que nunca lo vas a saber todo. Hazte amigo del “no se”. Para poder aprender hace falta una declaración de ignorancia.

Cultiva flexibilidad mental para contemplar distintas ideas desde diferentes puntos de vista. Para aprender hay que estar dispuesto a ver que hay algo nuevo que aprender.

Sigue manteniendo la confianza en ti mismo aunque no te sientas seguro todavía en determinadas habilidades.

Cuestiona tus creencias limitadoras sobre tu capacidad de aprendizaje. No vas a tener tiempo de aprenderlo todo pero tienes capacidad de aprender todo aquello que tú decidas, si te tomas el tiempo y le pones el esfuerzo necesario.

Disponte a experimentar incertidumbre mientras avanzas. Para llegar a saber hay que pasar por la inquietud de no tener respuestas. O de que ya no sirvan las que tenías pues, a veces, aprender significa tener que desaprender lo aprendido.

Pon en práctica lo que sabes para incorporar nuevas competencias como parte del repertorio de acciones posibles. Aprender no es informarte. Hay que traducir el conocimiento en capacidad de acción.

Date permiso, de antemano, para cometer errores. Es una oportunidad más para seguir aprendiendo.

Acepta que otros saben más de algunos temas y pueden enseñarte. Practica la humildad y deja de lado las comparaciones. Recuerda que si tu asignatura es aprender a vivir, todo, no sólo las personas,  puede enseñarte. En este sentido me gusta lo que dice el rabí de la siguiente historia:

- "Se puede aprender algo de cualquier cosa", dijo una vez el rabí de Sadagora a sus jasidim.
 - "Cada cosa puede enseñarnos algo."
 - "¿Que podemos aprender de un tren?", pregunto dubitativamente un jasid.
 - "¿Que a causa de un segundo podemos perderlo todo?"
 - "¿Y del telégrafo?"
 - "Que cada palabra se cuenta y se cobra"
 - "¿Y del teléfono?" 
- "Que lo que decimos aquí se oye allá"

Valora la oportunidad que te ofrece cada experiencia para expandir tu potencial y ten siempre a mano la pregunta: ¿Qué puedo aprender de esta experiencia? La respuesta siempre supondrá crecer.  Apoyar conscientemente el florecimiento de la vida que eres.

El reto es aprender a ser lo que eres capaz de ser. Una apasionante aventura de expansión creativa.

Gracias por leerme.. Hasta pronto.




Contenidos relacionados:

"Aprendizaje y cambio":  Cómo aplicar lo que sabes y poder generar cambios en tu vida.


"Vivir conscientemente": Desarrolla tu capacidad de autoconciencia. Aprende a cultivar tu percepción consciente.

"Vivir, amar, aprender y contribuir": Los cuatro pilares de tu equilibrio vital.





Coaching online: Si te interesa conocer mi labor profesional como coach personal te invito a visitar La Llamada También puedes escribirme a p.arcay@la-llamada.com y solicitar una sesión informativa y gratuita.
Estaré encantada de atenderte.


"En el fondo de tu corazón están esperando los sueños no cumplidos y todo el amor que aún no ha podido ser. Date permiso para vivirlos.(“Lo que el corazón quiere contemplar”) 

Ahora, a tu alcance, un apoyo para el despertar de tu consciencia: “Lo que el corazón quiere contemplar” Un libro, para  leer y practicar, que expandirá tu poder creador y promoverá la conexión con la inteligencia de tu corazón. 

Puedes leer fragmentos o el libro completo, escucharlo en audio, descargar en ebook, todo gratuitamente aquí.