sábado, 30 de abril de 2016

Diez reflexiones y diez prácticas para mejorar tu autoconfianza

En un relato de la tradición hindú se cuenta que hubo una vez “un rey que convocó a los miembros de su corte para comprobar cuál de ellos era digno de ser su consejero. Muchos respondieron a su convocatoria y una vez estuvieron todos reunidos en palacio, el rey les habló así: ‘Os voy a dar una semilla diferente a cada uno de vosotros. Al cabo de seis meses deberéis traerme, en una maceta, la planta que haya crecido. El que consiga los mejores resultados será el que ocupe el cargo’.

Pasado el tiempo establecido para la prueba sólo una tercera parte de los convocados fueron al castillo a mostrar al rey sus logros. Y hubo un joven que aún no habiendo conseguido hacer florecer su semilla, acudió a palacio con su maceta vacía, en medio de las burlas de los demás. Por el camino fue pensando todo lo que había aprendido sobre jardinería en estos seis meses  y también sobre virtudes humanas como la paciencia y la perseverancia. Volvía a palacio porque  quería aprender más de aquellos que hubieran alcanzado el objetivo. Y así se lo explicaría al monarca.

El alboroto se transformó en silencio expectante mientras el rey se paseaba entre los participantes admirando las plantas. Finalizada la inspección hizo llamar al joven de la maceta vacía y le invitó a explicar su experiencia ante la mirada atónita de los demás. Tras escucharle,  el rey informó: ‘Este joven será mi nuevo consejero. A todos se os dio una semilla infértil. Algunos no han vuelto y otros habéis tratado de engañarme presentándome resultados falsos. Este joven ha tenido la valentía de volver y mostrar con franqueza su fracaso en el intento. Pero además, tal como ha explicado,  ha sido capaz de aprender de la experiencia y mantiene la esperanza de poder aprender aún más. Su honestidad y confianza en si mismo me llevan a darle también mi confianza.".

Es muy habitual que al hablar de autoconfianza se mencione a personas que han conseguido grandes objetivos. Y hay razones para hacerlo así pues la confianza es el motor capaz de llevarte aún más lejos de lo que nadie imaginó. Sin embargo he querido comenzar  esta reflexión con un relato, en el que el protagonista, aún habiendo fracasado, se mantiene seguro de si mismo, pues creo que pone de manifiesto las bases sólidas en las que ha de apoyarse la autoconfianza para no confundirse con la soberbia, la inconsciencia o el autoengaño, cimientos de barro que vuelven inconsistente cualquier confiada disposición de ánimo.

Desde este enfoque y teniendo en cuenta que la confianza en uno mismo se puede aprender y desarrollar,  hoy quiero compartir contigo diez reflexiones y diez  prácticas para mejorarla:

1.- Contempla los retos superados:

Reflexión:
Desde que naciste, cada día, has superado retos. Sacando de ti fuerza, sabiduría y talentos desconocidos. Hoy también puedes hacerlo. Si estás vivo aún hay recorrido. Allí donde estés tu eres la posibilidad y el ahora la oportunidad. Confía en tu capacidad para afrontar la realidad, darle sentido y aprender de ella. Si un camino no te lleva hasta donde quieres ir te traerá el aprendizaje que necesitas para evolucionar.

Práctica:
Haz un buen uso de los recuerdos: ¿Piensas que no vas a poder? Busca experiencias en tu historia que te demuestren que otras veces pudiste. ¿Piensas que es demasiado para ti? Busca en tu memoria momentos en que te sentiste superado y sin embargo encontraste el camino de salida. Haz un lista de los momentos de superación más importantes de tu vida. Cada vez que consigas realizar un cambio positivo en tu vida, reconócelo, celébralo y añádelo también a este registro.  Repasa esta lista cuando quieras reforzar tu confianza.

2.- Eres parte de la vida. Recuerda la fortaleza del espíritu humano.

Reflexion: 
Eres un precioso misterio. No te dejes encasillar por definiciones limitadoras. Tu no eres una éxito o un fracaso sino una persona que crece, imaginando, experimentando y aprendiendo.  Ser ya es mucho. Es colaborar a que la vida vaya siendo. Pero no creas que solo cuentas con los recursos desarrollados hasta ahora.Nadie conoce el límite del potencial humano. ¡Puedes superarte!

Práctica:
Cierra los ojos y comienza enfocando tu atención en tu casa, tu trabajo y tu grupo social. Agradece todo lo que desde el exterior esté suponiendo un apoyo positivo. Luego piensa en tu cuerpo físico, pensamientos, sentimientos, creencias, sistema de valores, o sentido de identidad. Agradece todo la ayuda recibida en estas áreas. Y comprueba como aún cuando, a veces, te hayan podido fallar los amigos, el trabajo, no te has encontrado cómodo en tu hogar, te has sentido enfermo, desanimado, se han quebrado tus creencias o has atravesado etapas de confusión y baja autoestima, has logrado encontrar impulso para continuar.
En esos momentos, aún faltándote los recursos más tangibles, has conectado con la fortaleza interior del espíritu humano, sea como sea que tú la percibas. Fuerza individual integrada en un campo de energía y conciencia colectiva susurrando ¡sigue adelante!.
Toma consciencia de tu respiración y al inspirar imagina que  esa energía universal va llenando todos los niveles de tu ser.  Respira así hasta experimentar una sensación de mayor confianza. Enraízate en ese fondo vital pues ahí es donde siempre encontrarás la sabiduría y los recursos necesarios para desplegar todo tu potencial humano.

3.- Tu autoconfianza queda determinada por los términos con los que te defines.

Reflexión:
¿Qué te cuentas sobre ti mismo? Es saludable reconocer en qué puedes mejorar pero para desarrollar confianza necesitas además reconocer tus fortalezas.  Revisa esas conversaciones porque en ellas puedes generar el impulso extra para avanzar o la justificación para tirar la toalla. Salpica de esperanza esos diálogos pero deja de lado idealizaciones sobre ti mismo que sólo te llevarán a la frustración y la culpa.

Práctica:
Te invito a escuchar el audio titulado “Viendo crecer tu árbol de la autoestima”, en el que te explico una sencilla herramienta que te permitirá tener una imagen de ti mismo, centrada en tus cualidades y logros. Un ejercicio muy útil para mejorar tu autoconfianza:


4.- Los demás pueden decir lo que quieran pero sólo está en tu mano hacer lo que quieres:

Reflexión:
Cuidado con las expectativas que los demás tienen sobre ti y tus capacidades pues pueden mellar tu confianza. Te pueden ser útiles como puntos de vista pero no los confundas con verdades absolutas. Es bonito contar con el aprecio ajeno. El problema comienza al confundir el valor personal con la opinión que los demás tienen de ti. Más allá del éxito obtenido e independientemente de las opiniones ajenas, ¿con qué te sientes pleno y contento? Aléjate de las personas que intentan cortar tus alas y pasa más tiempo con quienes te apoyan e inspiran. Compararte no es saludable pero puedes aprender observando como afrontan la vida las personas que admiras.

Práctica:
Haz una lista de libros y películas que muestren ejemplos de superación personal para encontrar en ellos inspiración siempre que la necesites. Realiza además otra lista de la música que te motiva y las actividades o compañías que te ayudan a conectar con tu mejor versión y procura que estén presentes en tu vida.

5.- No hace falta hacerlo todo a la perfección para realizar una positiva aportación.

Reflexión:
Pregúntate en toda ocasión: ¿qué es lo que puedo ofrecer? Aunque creas que nada tienes siempre puedes dar algo más de ti mismo. Cada día agradece lo que has recibido y felicítate por lo que has aportado. La vida es una trama de colaboración y en ese tejido, cada hebra tiene su valor. Aprende de la rosa que aunque tiene espinas ofrece su perfume. Más allá de las asperezas de tu personalidad puedes compartir el aroma de tu mejor actitud.

Práctica:
Elige una tarea de voluntariado en el área que más te entusiasme o dónde creas que puedes ser más útil. Mientras que ayudas a otros puedes descubrir que eres bueno en tareas en las que no hubieras pensado. Descubres tus dones al compartirlos.

6.- Visualízate en tu mejor versión pero aprende a contemplarte con ternura aún en la peor:

Reflexión:
La imaginación te sirve para ampliar horizontes, la paciencia y el humor para aceptar dónde estás. Confía en lo que puedes llegar a ser pero primero acepta y aprecia lo que ya estás siendo pues son los cimientos sobre los que construyes tu mañana. Empieza como el personaje del relato, siendo honesto para reconocer tus limitaciones a la vez que totalmente confiado en tu capacidad de aprender. La honestidad con uno mismo a veces escuece pero termina siendo liberadora porque abre la puerta al aprendizaje y al cambio. Crecer implica ver tus capacidades para optimizarlas y descubrir tus limitaciones para superarlas. Conocer ambas facetas mantiene tu autoestima en realista equilibrio.  Procúrate la mejor formación en las áreas que te interesen, entrena cuerpo y mente poniendo tu mejor esfuerzo pero síquete dando amor incondicional independientemente de los resultados.

Práctica:
Date permiso para hacer “tonterías”,  arriésgate a hacer el ridículo en cosas sin importancia y que no pase un día sin reírte de ti mismo. Atrévete a contar un chiste o trata de quitar hierro a una situación tensa con una respuesta  graciosa. Haz broma refiriéndote a alguna de tus manías o caricaturiza algo que sea propio de tu forma de ser.

7.- Aprende a convivir con el miedo y la incertidumbre:

Reflexión:
Las personas que confían en sí mismas también sienten miedo ante la incertidumbre y notan inseguridad en momentos de inestabilidad. La diferencias es que aceptan estas emociones como parte de la experiencia de la vida y aprenden a gestionar constructivamente esa energía emocional. Al caminar das un paso en el vacío mientras con el otro te afirmas más. Sólo así puedes avanzar. También en la vida, para evolucionar, es necesario integrar momentos de inestabilidad.

Practica:
Regálate tiempos de autoescucha. Búscate un lugar tranquilo, pon una música suave que te resulte entrañable pero no te distraiga, toma papel y lápiz y ves respondiendo a las preguntas que te indico a continuación. No fuerces las respuestas, deja que vayan apareciendo. Sé paciente contigo mismo, como lo serías con un buen amigo: ¿Qué te está sucediendo? ¿Qué daño o qué pérdida estás sufriendo? ¿Con qué área de tu vida está relacionado? ¿Te asustan algunas circunstancias que tienes que afrontar? ¿Qué te preocupa? ¿Qué significado le das a ese asunto? ¿Qué consecuencias negativas crees que tendrá para ti? ¿Cómo podrías disminuir esos perjuicios? ¿Ves alguna solución? Reconoce lo que no está en tu mano cambiar y responsabilízate de lo que está dentro de tu campo de influencia. ¿Qué quiero que pase? ¿Y qué lograré si obtengo eso? ¿Qué deseo verdaderamente ¿ ¿Qué puedo hacer o pedir para conseguir lo que quiero? ¿Qué necesito hacer para sentirme en paz conmigo mismo, aunque no consiga lo que quiero?

8.- Superando retos descubres tu escondido potencial:

Reflexión:
Cuando eras niño, llevado por la curiosidad, disfrutabas frente a cada desafío y te entusiasmabas aprendiendo. Cuando aún no sabías andar o hablar, no vivías estas circunstancias como un problema sino que te divertías aventurándote más allá de tu zona de comodidad para experimentar en el terreno de lo desconocido. Apuntabas alto, intentando hacer todo aquello que hacían los mayores. Y atravesando emociones, intentándolo una y otra vez, descubrías con alegría que tú también podías sosterte de pie o pronunciar algunas palabras. Convoca al niño que aún hay en ti y haz aquello que crees que no puedes hacer. Con cada experiencia en la que te atrevas a mirar a tus miedos cara a cara y a aceptar que caminen a tu lado sin obstaculizarte el paso, generarás más y más fortaleza, coraje y confianza.

Práctica:
No te dejes arrastrar por las rutinas que nada te aportan. Paséate  fuera de las zonas de confort. “Jugar así implica, por ejemplo, salir a dar un paseo y moverte diferente. Cambiar algún ingrediente al elaborar tu preferido pastel. Poner más atención al tono de la voz en vez de al contenido de una conversación. Sorprenderte haciendo algo al revés o saboreando el vacio que aparece al no hacer algo que estés habituado a hacer. Por un día, imaginar que acabas de nacer. Experimentar con alguna nueva afición. Ponerte en contacto con quien jamás hubieras pensado conversar. Atreverte a darte eso que nunca te das. Probar a expresarte con los gestos y sin hablar. Hablar de tu experiencia imaginando que eres únicamente el dedo gordo de tu pie. Cantar cuando toca comer y retozar cuando esperabas descansar. Cambiar el paso a la rutina y, por el simple deseo de jugar, probar nuevas experiencias más allá de lo habitual.” (“Loque el corazón quiere contemplar”)

9.- ¡Que la fuerza de la perseverancia te acompañe!

Reflexión:
La palabra perseverancia proviene del término latino “perseverantia” que significa constancia, persistencia, firmeza, dedicación o tesón aplicado a actitudes, propósitos u acciones. Una capacidad que se despliega frente a disficultades, frustraciones, cansancios o desanimos. "Mi fuerza se apoya únicamente en mi tenacidad" decía Louis Pasteur.

Práctica:
Haz una lista de los hábitos que te alejan de tus objetivos y descubre cuál es el precio por sostener perseverantemente cada uno de ellos. Luego considera cuanto podrías confiar en ti mismo si esa misma constancia la aplicases a rutinas beneficiosas. Después elige un hábito que te pueda resultar favorable y elabora un plan de acción que incluya un compromiso contigo mismo para lograr incorporarlo a tu vida. Asegúrate que tu plan sea claro y específico, que incluya plazos razonables, fechas de evaluación y formas concretas de premiar tu esfuerzo y resultados.

10.- Cuídate por dentro y por fuera:

Reflexión:
Aprende a hacerte cargo de tu bienestar como forma de autoliderar tu vida. Escuha, respeta y cuida tu cuerpo. Apoya los sueños cantando en tu corazón. Procura que tus valores orienten tus actos buscando la coherencia entre lo que piensas, sientes y haces. Atiende tu apariencia para que tu interior y tu exterior estén en sintonía. Acicálate siempre que puedas con una sonrisa amable que represente el reconocimiento de la preciosa vida que en esencia todos somos.

Práctica:
Escucha y practica esta visualización guiada, titulada “De corazón a corazón” creada para moverte en contextos sociales nuevos con más confianza y establecer vínculos afectivos más armoniosos y satisfactorios:


Gracias por tu atención. Estaré encantada de leer tus comentarios. Abrazos y hasta pronto.

Pepa Arcay
Coach Personal



Contenidos relacionados:


¿Victima o protagonista? : Propuestas para un consciente liderazgo de tu vida.

Cómo afrontar con éxito losfracasos: Maneras de salir crecido de cada tropiezo.

Cómo desarrollar tu yo alentador: Aprende a animarte cuando más lo necesites.

Claves para desarrollar hábitos saludables: Porque es humano tropezar pero también dejar de hacerlo.

¡Cuidado con las expectativas! Son un arma de doble filo. Cómo hacerlas jugar a tu favor.

Para expresarte: Entre la pasividad y la agresividad elije la asertividad.




Además...

Coaching online: Si te interesa conocer mi labor profesional como coach personal te invito a visitar La Llamada También puedes escribirme a p.arcay@la-llamada.com y solicitar una sesión informativa y gratuita.
Estaré encantada de atenderte.

Y también ...



"En el fondo de tu corazón están esperando los sueños no cumplidos y todo el amor que aún no ha podido ser. Date permiso para vivirlos.(“Lo que el corazón quiere contemplar”) 

Ahora, a tu alcance, un apoyo para el despertar de tu consciencia: “Lo que el corazón quiere contemplar” Un libro, para  leer y practicar, que expandirá tu poder creador y promoverá la conexión con la inteligencia de tu corazón. 

Puedes leer fragmentos o el libro completo, escucharlo en audio, descargar en ebook, todo gratuitamente aquí.

viernes, 15 de abril de 2016

Diez pasos para evitar que una decepción se torne resentimiento

Si alguien te defrauda o te perjudica es lógico y sano que aparezca un sentimiento inicial de enfado. Pero si esa emoción no se resuelve y vuelve a aparecer una y otra vez, como un disco rayado, significa que estás resentido.

Todo resentimiento hunde alguna de sus raíces en una decepción mal gestionada. Quizás una persona no ha respondido como esperabas, quizás tú mismo no has estado a la altura que deseabas o la misma vida te ha sorprendido con unas circunstancias que no son de tu agrado. El caso es que te sientes decepcionado, te cuesta aceptar que eso haya sucedido y te resistes a asimilar esa experiencia aunque sepas que no puedes cambiar los hechos. Te debates entre la sorpresa, el rechazo, el enfado y la rabia y, tras alimentar durante un tiempo esa hoguera emocional, con un discurso interno negativo, el resentimiento te va quemando.

Albergar resentimiento siempre resulta doloroso pues es como mantener una herida abierta. Cualquier roce te va a provocar sufrimiento y va a resultar agotador tener que controlar las circunstancias para no sentirte dañado. Es fácil que te muestres hostil hacia el entorno, muy sensible e inusualmente desconfiado en las relaciones.

No obstante, antes de sentirte dañado por el mismo rencor puede que no lo reconozcas o creas que tiene sus ventajas. Quizás, para evadirte del dolor, intentas convencerte de que no ha pasado nada o quizás en el papel de víctima, proyectando una y otra vez la culpa fuera de ti, te sientes inocente, otros te ofrecen su compasivo apoyo o simplemente te permite evitar hacerte responsable de tu bienestar diciéndote estár en manos de un pasado que no puedes cambiar.

Anthony de Mello en su libro “Un minuto para el absurdo”, ofrece una buena metáfora de esta situación: “La gente no está dispuesta a renunciar a sus celos y preocupaciones, a sus resentimientos y culpabilidades, porque estas emociones negativas, con sus 'punzadas', les dan la sensación de estar vivos, dijo el Maestro. Y puso este ejemplo: Un cartero se metió con su bicicleta por un prado, a fin de atajar. A mitad de camino, un toro se fijó en él y se puso a perseguirlo. Finalmente, y después de pasar muchos apuros, el hombre consiguió ponerse a salvo. Casi te agarra, ¿eh?, le dijo alguien que había observado lo ocurrido. Sí, respondió el cartero, como todos los días..”

El riesgo es que, tarde o temprano el toro del resentimiento puede atraparte y bloquear  tu avance. La buena noticia es que puedes evitarlo. Es por eso que hoy quiero compartir contigo diez pasos que pueden ayudarte a recuperar el equilibrio  emocional tras una decepción y a impedir que se convierta en un resentimiento:

1.- Para hacerte claramente consciente de la situación empieza preguntándote ¿qué o quien me ha decepcionado?. Describe, por escrito, los hechos que sucedieron y las interpretaciones que has hecho de los mismos. Contextualiza la situación, descarta suposiciones, comprueba si te falta información y recoge los datos que necesites para tener una visión lo más objetiva posible.

2.- Observa lo que sientes actualmente al recordar esa experiencia. Ubica esos sentimientos en tu cuerpo sin intentar alterarlos. Ofrece atención, reconocimiento y aceptación a esos sentimientos. Ayúdate de la respiración para tomar más y más consciencia de esas sensaciones. Inspira y al expirar centrate en la zona donde sientes presente la emoción. Mantén unos minutos de atención respetuosa.

3.- Combina el responder por escrito a las preguntas que te sugiero con la atención consciente a la energía emocional que vaya apareciendo. ¿Qué es lo que más me molesta de esta situación? ¿Qué es lo que más me enfada?¿Qué me duele de todo esto? ¿Qué me inquieta? ¿Cuál es el miedo más profundo que se ha despertado? Una y otra vez, tras escribir las respuestas haz pausas para atender las emociones.

4.- Descubre qué es lo que quedó pendiente. ¿Por qué éste es un tema importante para mi? ¿Cuáles son los valores que han sido vulnerados? No hay respuestas correctas o incorrectas, simplemente son datos relevantes para comprenderte mejor. Acepta la pena por esa valor no atendido. Dale atención y espacio en tu conciencia. Contempla la belleza de ese valor y reconoce lo importante que es para ti..

5.- Transforma las culpas en responsabilidades.  ¿Quién creo que es el causante de lo sucedido? ¿Tuve yo alguna responsabilidad? Acepta que los demás tienen otro mapa de la realidad, otros valores y quizás sus intereses pueden chocar con los tuyos. No se trata de justificar comportamientos sino de intentar comprender algunas razones detrás de esas conductas. Mirar al otro y mirarte con compasión independientemente de que decidas o no pedir responsabilidades o alguna compensación por los daños ocasionados.

6.- Encuentra el aprendizaje. A veces para poder soltar o dar por bien cerrado un asunto que no ha salido como querías, un paso esencial es extraer la enseñanza que te aporta. Así que responde por escrito a la pregunta  ¿qué es lo que he aprendido de esta experiencia? ¿Para qué me puede ser útil de aquí en adelante? Acepta que quizás nunca puedas comprender totalmente las razones de lo que sucedió, de los comportamientos  de otras personas o de tus propias reacciones en aquel momento. Pero puedes determinar para qué te va a servir esta experiencia, qué es lo que puedes aprender de ella y cómo este aprendizaje puede mejorar tu vida.

7.- Reconoce lo que no está en tu mano cambiar y responsabilízate de lo que está dentro de tu campo de influencia. ¿Qué quiero que pase? ¿Y qué lograré si obtengo eso? ¿Qué deseo verdaderamente ¿ ¿Qué puedo hacer o pedir para conseguir lo que quiero? ¿Qué necesito hacer para sentirme en paz conmigo mismo, aunque no consiga lo que quiero?

8.- Lleva a cabo lo que hayas considerado que te ayudará a sentirte en paz con esta situación. Quizás quieras pedir una reparación a la persona que te perjudicó, quizás lo que necesites es una explicación o una disculpa. Puede ser que necesites dejar caer la idealización  que mantenías sobre alguien o algo y aceptar lo que es tal cual es porque se escapa a tu control. O quizás tienes que poner paciencia y compasión. Sea como sea hazte cargo de tu responsabilidad sobre tu bienestar y actúa en consecuencia.

9.- Una vez llegado a este punto establece un compromiso contigo mismo de dejar de rumiar sobre este asunto.  Imagina como sería tu vida sin ese apego de tu mente. Cuando te des cuenta que vuelves sobre ello, no luches ni te enfades, simplemente recuerda que es un asunto que has cerrado y que decides poner la atención en otra cosa que sea beneficiosa para ti. Distráete, busca algo que capte tu atención o que te guste hacer. Te puede ayudar repetir la frase: “No está en mi mno cambiar esta mala experiencia del pasado pero aquí y ahora puedo vivir algo hermoso”.

10.-  Por último, para interiorizar más el propósito de soltar y dejar atrás este mal recuerdo,  te propongo que realices la visualización guiada que te relato en este audio:


La decepción puede llegar como una marea inesperada. Atiéndela pronto y encauza bien su caudal emocional para que no se convierta en un río de resentimiento que te desborde.

Gracias por tu atención. Estaré encantada de leer tus comentarios. Abrazos y hasta pronto.

Pepa Arcay
Coach Personal


Contenidos relacionados:


Del rechazo a la reconciliación: Cómo abrazar tu sombra emocional.


EmocionArte: Cinco lecciones de inteligencia emocional.

Completar, acabar o soltar: No te dejes enredar por los asuntos pendientes.

Date permiso para expresarte: Entre la pasividad o la agresividad elige la asertividad.

Para un mejor entendimiento: Como ampliar tu capacidad de resonancia empática.



Además...

Coaching online: Si te interesa conocer mi labor profesional como coach personal te invito a visitar La Llamada También puedes escribirme a p.arcay@la-llamada.com y solicitar una sesión informativa y gratuita.
Estaré encantada de atenderte.

Y también ...



"En el fondo de tu corazón están esperando los sueños no cumplidos y todo el amor que aún no ha podido ser. Date permiso para vivirlos.(“Lo que el corazón quiere contemplar”) 

Ahora, a tu alcance, un apoyo para el despertar de tu consciencia: “Lo que el corazón quiere contemplar” Un libro, para  leer y practicar, que expandirá tu poder creador y promoverá la conexión con la inteligencia de tu corazón. 

Puedes leer fragmentos o el libro completo, escucharlo en audio, descargar en ebook, todo gratuitamente aquí.