domingo, 13 de julio de 2014

¿Tienes claro tu objetivo? Pautas para saber mejor lo que realmente quieres.

Tengo una idea. Está relacionada con un área de mi vida que hace tiempo quiero cambiar. Aunque aún es una idea difusa, ya me emociona y quiero desarrollarla, pero no se por dónde empezar. “Lo último que uno sabe es cómo empezar” decía Pascal. La sensación es la de descubrir un sueño que está empezando a gestarse en mi interior. “Un objetivo es un sueño con patas” decía John Whitmore.  Quizás tengo que alimentar este sueño, darle más cuerpo, hasta conseguir que sea un objetivo con piernas, con el que pueda avanzar a buen paso.   Sé por experiencia que crece aquello en lo que enfocas la atención así que decido tener una conversación conmigo misma para hablar del tema.  

¿Qué es lo que quiero? ¿Cuál es esa idea que tanto me emociona?
Al principio parece que tengo más claro lo que no quiero pero poco a poco, mi deseo se va abriendo camino entre los confusos pensamientos y consigo escribirlo en términos positivos. Hago varios intentos para ser nás específica. Me ayuda cerrar los ojos e imaginarme como me voy a sentir cuando este sueño se haga realidad.

¿Para qué quiero alcanzar este objetivo? Imagino qué es lo que aparecerá en mi vida, aún más importante que el propio sueño, como consecuencia de haberlo logrado. Me doy cuenta de la relación directa de este deseo con mi escala de valores. Aún me siento más motivada.

¿Cómo voy a saber cuándo lo he logrado? Vuelvo a esforzarme por ser concreta. Cierro los ojos y me imagino todo lo que tendrá que estar pasando para que pueda decirme a mi misma: ¡Lo has conseguido! Lo anoto con detalle. Responder a esta pregunta me ayuda a descubrir más información sobre el momento, el lugar y las personas que estarán involucradas. Me recreo en esa visualización.

¿De qué manera mi sueño afectará a las diversas facetas de mi vida? Aquí aparecen algunos temores y trato de mantenerme atenta a todos ellos. Esta idea no es lo único importante en mi vida. Quiero que sea compatible con todo lo que valoro y no quiero cambiar. Quiero que este sueño sume y no reste. Tomo nota de lo que se me va ocurriendo en este sentido y modifico un poco la primera definición.

Mientras realizo este ejercicio voy incluyendo momentos de quietud en los que respiro hondo y simplemente observo lo que siento. Siguen apareciendo miedos. Los dejo mostrarse. Voy escribiendo frases cortas que describen todo aquello que según esos miedos me pueden impoedir alcanzar el objetivo. Cuestiones relacionadas con mi voluntad, mis experiencias negativas con asuntos similares, posibles problemas de falta de tiempo, de falta de creatividad, etc… Me prometo tener todo eso en cuenta cuando realice el plan de acción. De momento, simplemente lo anoto. Una parte de mi se siente más relajada.

Pero quiero ser lo más objetiva posible. No quiero quedarme estancada en sentimientos de carencia e impotencia. Así que hago una lista de los recursos necesarios. Subrayo en color verde todo aquello que ya tengo y en color rojo lo que me falta. Ahora la visión es más equilibrada y me centro en anotar ideas sobre cómo puedo encontrar esos recursos que aún no están a mi alcance. Cosas que necesito aprender, adquirir o desarrollar y cambios a realizar en mis horarios y mis costumbres. Conforme más información anoto más matices se van añadiendo a la idea original.

Y vuelven a aparecer más temores. ¿Y si no puedo conseguir esos recursos y esas ayudas? Me obligo a pensar en más alternativas para alcanzar el objetivo. Cierro los ojos y me imagino cómo afrontaría esta situación una persona a quien admiro mucho. También pienso en qué haría si estuviera en otro país, si tuviera otra edad o si nadie me conociera. Poco a poco empiezan a surgir más caminos, más alternativas. Y más incertidumbre también.

Así que me hago la gran pregunta. La que es necesario formular para soñar con los ojos bien abiertos: ¿Qué es lo peor que puede pasar? Dejo que aparezca la escena más temida. ¿Qué haría si eso sucediera? Hay respuesta y eso me calma. Modifico algunas anotaciones anteriores, incluyo aspectos que no había tenido en cuenta, saco algunas conclusiones y me hago la otra gran pregunta. La que es necesario hacer para soñar con los ojos abiertos y mirando en la dirección que señala el corazón: ¿Qué es lo mejor que podría pasar? Hay respuesta y me entusiasma. Me recreo en esa visualización. Trato de vivirla con todos los sentidos.

Ahora ya tengo un objetivo bien formulado, una visión que me inspira y el siguiente paso es desarrollar un plan de acción que me lleve al resultado deseado. Cómo dice Anthony Robbins “establecer metas es el primer paso para transformar lo invisible en visible”. Estoy en ello.

El proceso que te acabo de describir lo he vivido muchas veces a lo largo de mi vida. Hoy he querido compartirlo contigo porque siempre me ha resultado muy útil seguir estas pautas para aclarar ideas. Espero que mi experiencia te pueda ayudar en la tarea de formulación de tus propios objetivos.  Si quieres dar el siguiente paso y elaborar un buen plan de acción te sugiero leer el artículo ¡Manos a la obra! donde explico algunas claves para lograrlo. 

Si un sueño te está llamando estás a punto de emprender un viaje en el que lo más importante no es alcanzar tu objetivo, aunque eso te mueve a ponerte en camino, sino lo que crecerás en el intento. Pues todo deseo implica que una parte de la vida que eres quiere ser de alguna soñada manera. Vida queriendo ser vida expandida. Vida que quiere ser admirada, honrada y celebrada.

En mi libro Lo que el corazón quiere contemplar hablo de ese viaje, de todos los aspectos de uno mismo que es necesario despertar para ir alcanzando metas y te ofrezco metáforas, ejercicios y herramientas útiles para ese periplo. Puedes descargarlo gratuitamente en ebook y en audio. También verlo en web o solicitarlo en papel. Si decides leerlo espero que disfrutes y te ayude en tu camino.

Gracias por tu atención. Estaré encantada de leer tus comentarios. Hasta pronto.


Contenidos relacionados:


¡Manos a la obra! Aprende a elaborar un buen plan de acción.

Carta a un sueño recién nacido: Carta de aliento a esa parte de ti capaz de volver a empezar como si fuera la primera vez.

Las semillas de tus sueños: Visualización guiada para apoyar a tus sueños en el viaje hacia su más feliz realización.



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3 comentarios:

  1. ah, pues q guay !! lo voy a poner en práctica, si.

    Gracias Pepa !

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  2. Me ayuda mucho en este momento de mi vida establecer claramente mis metas y marcar los procesos a seguir.
    Gracias

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  3. Gracias. Llegaste en un momento cumbre de mi vida. Seguiré estudiandote

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