sábado, 6 de diciembre de 2014

Hoy puede ser ese día ...

Cuenta un relato oriental que, cruzando el desierto, un viajero se encontró a un hombre, muy pensativo, sentado al pie de una palmera. A poca distancia reposaban sus camellos, pesadamente cargados, por lo que el viajero comprendió que se trataba de un mercader de objetos de valor, que iba a vender sus joyas, perfumes y tapices, a alguna ciudad vecina.


Como hacía mucho tiempo que no conversaba con alguien, se aproximó al pensativo mercader, diciéndole:
 - "Buen amigo, ¡salud!... pareces muy preocupado. ¿Puedo ayudarte en algo?"
 - "¡Ay!", respondió el mercader con tristeza. "Estoy muy afligido porque acabo de perder la más preciosa de las joyas."
 - "¡Bah!", respondió el viajero. "La pérdida de una joya no debe ser gran cosa para ti, que llevas tesoros sobre tus camellos. Te será fácil reponerla."
- "Era una joya, como no volverá a hacerse otra" explicó el mercader. "Estaba tallada en un pedazo de piedra de la Vida y había sido hecha en el taller del Tiempo. Adornábanla veinticuatro brillantes, alrededor de los cuales se agrupaban sesenta más pequeños. Ya ves que tengo razón al decir que joya igual no podrá reproducirse jamás."
 - "A fe mía", dijo el viajero, "tu joya debía ser preciosa. Pero, ¿no crees que con mucho dinero pueda hacerse otra igual?"
 - "La joya perdida", respondió el mercader volviéndose a quedar pensativo, "era un día, y un día que se pierde... no vuelve a encontrarse."
 - “Tienes razón, pero ¿no crees que si sigues lamentándote por el día perdido ayer también perderás el día de hoy?”

 Tu día te está esperando. Solo por hoy. No va a volver. Pero puedes convertirlo en ese día que cuando acabe se haya transformado en un recuerdo hermoso. Una joya en tu memoria. Hoy puedes ser ese día. Tienes tu oportunidad.

Míralo con cariño. Ha llegado vestido de esperanza. Empieza regalándole una sonrisa. No le falta nada que tendrá el mañana o tuvo el ayer. Contémplalo sin prejuicios, como hacen los recién nacidos. El día y tú empezáis juntos con el amanecer.

Hoy puede ser ese día en el que…

... con entusiasmo, empieces algo nuevo y, con determinación, acabes algo pendiente.

... eches una mano a tu proójimo, te des una palmadita en la espalda y te fundas en un abrazo.

... compongas un verso hecho de esfuerzos que rimen igual de bien con tropiezos como con aplausos.

... dejes que el amor habite el espacio que hasta ahora ocupaba el temor.

... te atrevas a decir un “no” para respetarte y te entusiasmes diciendo un “si” para comprometerte.

... más allá de blanco o negro, percibas y disfrutes los infinitos matices de la vida.

... dejes que las críticas lleguen y se vayan. Y tú te quedes, aprendas y crezcas.

... te pares a escucharte. Sin prisas y sin juicios. Atentamente.

... bailes cada instante como si nadie te viera, bien amarradito a la vida y dejándote llevar por ella.

... tengas en cuenta la brújulade tu corazón y pongas rumbo al horizonte de tus sueños.

... recorras con entusiasmo y determinación, el trecho que va del dicho al hecho.

... difrutes buscando y encontrando motivos de admiración, agradecimiento y celebración.

... le encuentres las cosquillas a la vida y te rías a carcajadas con tu propia sombra o con alguna otra buena compañía.

... mires con compasión a quien contigo va y te veas en él, tanto en sus logros como en lo que aún no logrado alcanzar.

... aceptes lo que eres sin perder de vista lo que puedes llegar a ser. Y triste, alegre o de cualquier otra forma emocionado, te sientas consciente y vivo.

... pares el disco rayado de un resentimiento y vuelvas a escuchar la compasiva música de tu corazón.

... te diviertas jugando a recibir el presente que guarda cada instante y lo compartas con agradecimiento.

... des ese abrazo, expreses ese sentimiento y te des eso que nunca te das.

... cambies el paso a la rutina y, por el simple deseo de jugar, hagas algo más allá de lo habitual.

... calces el ánimo en otra mentalidad y experimentes como se anda la vida en ese caminar.

... regales una segunda oportunidad, envuelta en palabras amables, y una honesta actitud de apoyo que invite a volver a empezar.

... salgas a dar un paseo con el ánimo contento, como si estrenases tu vida, disfrutando cada momento como si fuera el primero.

... te sientas útil y contento, trabajando por ese ideal que te une a los demás y te acerca al horizonte que tu corazón quiere contemplar.

... hagas algo que nunca has hecho o hagas lo de siempre de forma diferente.

... respires la vida con el alma disponible, los ojos asombrados y la sonrisa puesta. Dispuesto a atrapar momentos felices.

Como canta Joan Manuel Serrat, “hoy puede ser un gran día, plantéatelo así” :0)



Gracias por tu atención. Estaré encantada de leer tus comentarios. Abrazos y hasta pronto.



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1 comentario:

  1. Gracias por tus mensajes....ayudan a enfrentar el día a día.

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