domingo, 28 de junio de 2015

¿Cuáles son los valores que te orientan?

¿Te imaginas un mundo sin belleza, sin paz, sin respeto, sin bondad, sin amor o sin libertad? Sería un lugar en el que las personas no inspirarían sus conductas en los valores que les orientan hacia su más elevada expresión. Si te haces esta pregunta después de ver algún telediario puede que te resulte fácil imaginarlo. 

La buena noticia, que puede aliviar tu angustia ante el televisor, es que los valores pueden promoverse y desarrollarse. Y como sucede con cualquier cosa que quieras ver crecer, el primer paso es prestarle atención.

Entiendo que al hablarte de valores estoy tocando un concepto amplio sujeto a interpretaciones. Aunque decimos que hay valores universales, innatos a la naturaleza humana, cada cual mantiene su personal escala de prioridades. No obstante, más allá de las preferencias individuales, hay consenso en considerar que existen valores, comunes en distintas culturas, que contribuyen a dignificarnos como personas y a mejorar las relaciones humanas.

En esencia, los valores, sean universales o particulares, son ideales abstractos que motivan nuestro quehacer. Si hay coherencia entre lo que pensamos, sentimos y hacemos, esos valores quedarán encarnados en nuestra vida. Todo aquello –material o inmaterial- que forma parte de tu existencia y que consideras un bien, aporta un valor positivo para ti. La preferencia de unos bienes sobre otros configura tu particular escala de valores, la cual motivará una determinada toma de decisiones que conformará tu historia. Hay quien abandona riquezas y posiciones de poder, por amor o quien, más allá del éxito económico, enfoca su vida profesional guiado por la solidaridad, por ejemplo.

Conocerte a ti mismo implica conocer tus valores. Conocer los ideales que te motivan, impulsándote a mejorar en esa dirección. Conocer los principios que te conducen a elegir aquellos aspectos de la realidad que te aportan más sentido.  ¿A qué le das valor en tu vida? ¿Cuál es el marco de valores que te orienta? Hoy te propongo construir tu propia escala de valores, en forma de mandala, tal como lo sugiere, el psicólogo británico Peter Wrycza en su libro “Darse cuenta”.  


Para realizarlo, imprime esta imagen o dibuja una similar y sigue los siguientes pasos:

1.- En cada una de las cuatro esquinas del cuadrado de mayor tamaño (puntos A,B, C, y D, escribe algo que sea importantes para ti.

2.- Fíjate en las cuatro palabras que has escrito y pregúntate: ¿Qué tienen en común A y B que los hacen tan importantes para mi?. Escribe la respuesta en el punto F. Por ejemplo, si has escrito “trabajo” y “hogar”, quizás “seguridad” o “estabilidad”  sea lo que ambos te aportan. Repite este paso tres veces más para los puntos B-C, C-D y D-A, y escribe tus respuestas en los puntos G, H y E.

3.- Ahora pregúntate: ¿Qué tienen en común los puntos  E y F que los hace a ambos importantes para mí? Escribe la respuesta en el punto J. Repite la misma pregunta para los otros tres lados del mandala, F-G, G-H y H-E. Escribe las respuestas en los puntos K, L e I respectivamente.

4.- Repite este proceso con las palabras que has puesto en las tres esquinas del triángulo  J-I-K. Pregúntate: ¿Qué tienen esos puntos en común que es tan importante para mi? Escribe la respuesta en el pétalo M. Repite el mismo proceso para los triángulos J-K-L, K-L-I y J-L-I. Escribe las respuestas en los pétalos N, O y P, respectivamente.

5.- Si escribes palabras distintas en los pétalos M, N, O y P pregúntate qué tienen en común que sea tan importante para ti. Escribe la respuesta en el centro del círculo Q. Si la palabra que has escrito en los pétalos M, N, O, y P es la misma, escríbela en Q. ¿Hay algo más importante para ti que esto? Si la respuesta es "si", añádelo al círculo.

Una vez finalizado el ejercicio, colorea el mandala y observa cómo te sientes al contemplarlo desde el centro, que indica tu valor más importante, hasta la periferia del dibujo. Después piensa en tu vida en el momento presente y comprueba si tus prioridades son coherentes con esos valores. Como tus valores hablan de tus facetas más esenciales como persona, actuar en coherencia con ellos te traerá sensación de realización personal y al negarlos u olvidarlos sentirás frustración y profunda desorientación.

Además, ten en cuenta que cuando el desánimo esté erosionando tu constancia, contemplar tu escala de valores te motivará. Ante los retos más desafiantes y los más grandes obstáculos puedes elevar tu ánimo recordando esos ideales. Cuando tras un tropiezo te sientas desorientado e inseguro, despliega tu mandala y deja que guíe tus decisiones. Asegúrate que tu éxito tiene que ver con esos ideales y no con expectativas ajenas pues si el rumbo de tu camino está marcado por principios que no son los tuyos, tu paz interior no viajará contigo. Haces lo que haces para traer a tu vida más y más de ese valor que aparece en el centro de tu dibujo. Y eso llena de sentido tu experiencia. Como dice el Dalai Lama “Abre tus brazos al cambio, pero no dejes ir tus valores.”

Al comienzo de este artículo te he preguntado si podías imaginarte un mundo sin valores. Para terminar te invito a leer el poema “Donde veas” de Ángela Figuera que propone algunas preciosas ideas para mantenerlos vivos:

“Donde veas
Que un muro de trabajo se levanta
Para quitar al hombre frío y miedo,
Acércate y coloca unos ladrillos
Calientes con el roce de tus manos.

Donde veas
Que un labrador prepara el pan y el vino,
Acércate y añade tu simiente
Y vuelca en un lagar sangre y sonrisa.

Donde veas
Que un hombre marcha sólo, acaso ciego,
Acaso extraviado y sin cayada,
Acércate y camina a su costado,
Dale tu luz y canta por su boca.

Donde veas
Que un niño ríe y besa a una muchacha
Bajo la luna, el sol o el aguacero,
Acércate en silencio y deja un trozo
Del propio corazón junto a sus labios.

Donde veas
Que un niño llora a solas o una madre
Vacila bajo el peso de los hijos,
Acude con la fuerza de tus brazos,
Parte su pan y cuida de la lumbre.

Donde veas
Que el látigo o la espada se levantan,
Que la prisión redobla sus cerrojos,
Que los fusiles amenazan muerte,
Acércate y, a pecho descubierto,
Lanza un tremendo NO que salve al mundo.”

Gracias por tu atención. Estaré encantada de leer tus comentarios. Abrazos y hasta pronto.



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