domingo, 27 de julio de 2014

Cómo quererte más y mejor: Doce pasos para activar tu "yo alentador"

A veces, aunque estés manteniendo tu atención en tus objetivos, inspirándote en tus más elevados principios y avanzando por tu camino con entusiasmo, puedes tropezar y en medio del aturdimiento, olvidar tu rumbo y tus motivaciones. A veces, aunque estés volando muy alto, casi tocando tus sueños más felices, en medio de una tormenta emocional puedes caer y quedar hundido en alguna pena, con las alas de tus anhelos demasiado empapadas de emoción como para remontar el vuelo.

En momentos así sientan bien unas palabras de aliento y una buena compañía que te escuche y te transmita comprensión, confianza y afecto. Pero el caso es que no tienes seguridad de poder tener a tu lado, cuando más lo necesitas, la persona que pueda ofrecerte ese consuelo. Por eso, mi propuesta de hoy es que aprendas a cultivar en ti mismo una faceta que te asegure apoyo incondicional.

A continuación te explico doce pasos para conseguirlo. Los tres primeros tienes que llevarlos a cabo en un momento en que te encuentres tranquilo y contento pues consisten en preparar el material que utilizarás cuando llegue el desánimo. Los pasos restantes son para realizarlos cuando estés necesitando apoyo y aliento:

1.- Toma conciencia y entra en contacto con tu faceta más optimista, positiva y paciente. La podrás descubrir recordando momentos en los que hayas ayudado a levantar el ánimo a otras personas.  Haz una lista de al menos diez situaciones así. Recuerda cómo actuaste en esas ocasiones, lo que pensabas y lo que sentías. Descríbelo con detalle. Después lee lo escrito y revive en tu imaginación las escenas que vayan viniendo a tu mente. En el momento en que te estés viendo claramente en esa actitud, párate, respira hondo y ancla en tu memoria ese aspecto de ti, tu “yo alentador”, poniendo la mano derecha sobre tu corazón. Reafírmate en la confianza de que sabes apoyar, sabes dar aliento y sabes escuchar y animar. Prométete que invocarás esta faceta de ti mismo cuando lo necesites.

2.- Elabora una lista de ejemplos de superación personal de tu propia vida: Momentos en los que estuviste desorientado y finalmente encontraste un nuevo rumbo, situaciones en las que te sentías incapaz pero lograste salir adelante, etc… Es decir, experiencias de tu vida que hablen de tu capacidad de afrontar adversidades y transformarlas en oportunidades para crecer y aprender.

3.- Recopila ejemplos de resilencia: Historias, biografías, películas o vídeos que hablen de otros seres humanos afrontando situaciones difíciles y saliendo airosos del reto.

4.- Cuando estés en un momento de desánimo, empieza por leer la lista de escenas que describen los momentos en los que ayudaste a otros y, mientras lo haces,  coloca tu mano derecha sobre el corazón para conectar con tu “yo alentador”.

5.- Desde esa actitud positiva, e igual que lo harías con un ser querido, háblate con cariño recordándote que, más allá de logros o fracasos, eres digno de amor. Date la bienvenida a tu corazón por ser parte de la vida, por ser único y porque aunque ahora no te lo parezca, tu huella es importante y tienes tu sitio y función.

6.- Regálate lo antes que puedas, un tiempo de escucha para poder descubrir lo que te está sucediendo. Búscate un lugar tranquilo, pon una música suave que te resulte entrañable pero no te distraiga, toma papel y lápiz y ves respondiendo a las preguntas que te indico a continuación. No fuerces las respuestas, deja que vayan apareciendo. Sé paciente contigo mismo, como lo serías con un buen amigo: ¿Qué te está sucediendo? ¿Qué daño o qué pérdida estás sufriendo? ¿Con qué área de tu vida está relacionado? ¿Te asustan algunas circunstancias que tienes que afrontar? ¿Desde cuando te sientes desalentado o confundido? ¿Qué te preocupa? ¿Qué significado le das a ese asunto? ¿Qué consecuencias negativas crees que tendrá para ti? ¿Cómo podrías disminuir esos perjuicios? ¿Ves alguna solución? ¿Crees que hay algo que tú puedas hacer para sentirte en paz ante esta situación?

7.- Ahora que ya te has escuchado es momento, aunque aún no sepas como responder a la situación, de recordarte que tienes capacidad para superar este obstáculo. Repasa la lista de tus momentos de superación personal que ya tienes preparada. Recuérdate que la fortaleza que tuviste en esas ocasiones sigue estando en ti y por lo tanto ahora, si confías, también será posible afrontar el reto y avanzar.
                          
8.- Repasa también el material de ejemplos de resilencia que tienes recopilado y elije lo que más te atraiga para volver a verlo o leerlo.  Encara esas historias como una forma de recordar la infinita capacidad de aprender y evolucionar del ser humano, y por lo tanto, tu propia capacidad.

9.- Sácate de paseo. Llevate a dar una caminata a paso rápido para liberar energía. Si puede ser hazlo por un lugar dónde haya árboles, esté cercano al mar o por la orilla de un río. Concéntrate en la belleza del paisaje y repite en tu interior frases de aprecio por lo que ves.

10.- Trae a tu memoria todo aquello que da sentido a tu vida. Lo que te motiva y te inspira. Si tienes algún collage o foto que represente tus sueños o tus objetivos, es momento de mirarla y dejarte llenar por las sensaciones positivas que te produzca ver esas imágenes.

 11.- Vuelve a poner la atención en tu estado de ánimo. ¿Cómo te encuentras ahora? Acepta la respuesta que surja aunque no aparezca la mejora que esperas. Es importante dar espacio a ese desasosiego que sientes para poder entenderlo. Igual que sucede cuando caminas en la oscuridad con una linterna y sólo alcanza la luz para alumbrar un próximo paso, tienes que permitirte ir poco a poco.

12.- Mímate. Trátate con delicadeza. Pon más atención que nunca a tu diálogo interior. Guíate por la intuición y el afecto y elije frases que puedas ir repitiendo en silencio y te reconforten.
          
Como complemento a este post te sugiero ver el capítulo dedicado a “ángel Serafín y Teo, duende alentador, de mi libro “Lo que el corazón quiere contemplar”. Esos dos personajes representan, en forma metafórica, la parte de uno mismo que está hundida y la faceta más positiva que le ayuda a superarse. En ese capítulo se incluye además una meditación guiada, titulada “Dándote aliento y orientación cuya audición te puede resultar inspiradora.

Despertar a tu “yo alentador” es, en cierto modo, aprender a quererte más y mejor. Es activar un sano amor propio que generará una mejora en la autoestima y un aumento de las ganas de vivir:

Amarte a ti mismo es reconocer que, tras tu coraza, hay un corazón sediento de ternura. Y atender con delicadeza tus más profundos sentimientos.

Amarte a ti mismo es, aún cuando te sientas vacío y carente de sentido, honrar la vida que eres. Y tratarte con aprecio por ser único e irrepetible.

Amarte a ti mismo es animarte cuando titubeas, alentarte cuando hasta tu sombra parece reticente.  Y suavizar con mimos tus penas.

Amarte a ti mismo es celebrar, más allá de éxitos o errores, el esfuerzo invertido y tu intención de partida. Y con amabilidad, invitarte a seguir adelante.

Gracias por tu atención. Me encantará leer tus comentarios. Hasta pronto.


Contenidos relacionados:




¿Quedamos? Siete encuentros contigo mismo. ¡No te des plantón!

Para un mejor entendimiento: Hablarte antes de hablarle.

Un ejercicio de autocoaching: Cómo transformar positivamente tu atmósfera emocional





Coaching online: Si te interesa conocer mi labor profesional como coach personal te invito a visitar La Llamada También puedes escribirme a p.arcay@la-llamada.com y solicitar una sesión informativa y gratuita.
Estaré encantada de atenderte.


"En el fondo de tu corazón están esperando los sueños no cumplidos y todo el amor que aún no ha podido ser. Date permiso para vivirlos.(“Lo que el corazón quiere contemplar”) 

Ahora, a tu alcance, un apoyo para el despertar de tu consciencia: “Lo que el corazón quiere contemplar” Un libro, para  leer y practicar, que expandirá tu poder creador y promoverá la conexión con la inteligencia de tu corazón. 

Puedes leer fragmentos o el libro completo, escucharlo en audio, descargar en ebook, todo gratuitamente aquí.
C

domingo, 13 de julio de 2014

¿Tienes claro tu objetivo? Pautas para saber mejor lo que realmente quieres.

Tengo una idea. Está relacionada con un área de mi vida que hace tiempo quiero cambiar. Aunque aún es una idea difusa, ya me emociona y quiero desarrollarla, pero no se por dónde empezar. “Lo último que uno sabe es cómo empezar” decía Pascal. La sensación es la de descubrir un sueño que está empezando a gestarse en mi interior. “Un objetivo es un sueño con patas” decía John Whitmore.  Quizás tengo que alimentar este sueño, darle más cuerpo, hasta conseguir que sea un objetivo con piernas, con el que pueda avanzar a buen paso.   Sé por experiencia que crece aquello en lo que enfocas la atención así que decido tener una conversación conmigo misma para hablar del tema.  

¿Qué es lo que quiero? ¿Cuál es esa idea que tanto me emociona?
Al principio parece que tengo más claro lo que no quiero pero poco a poco, mi deseo se va abriendo camino entre los confusos pensamientos y consigo escribirlo en términos positivos. Hago varios intentos para ser nás específica. Me ayuda cerrar los ojos e imaginarme como me voy a sentir cuando este sueño se haga realidad.

¿Para qué quiero alcanzar este objetivo? Imagino qué es lo que aparecerá en mi vida, aún más importante que el propio sueño, como consecuencia de haberlo logrado. Me doy cuenta de la relación directa de este deseo con mi escala de valores. Aún me siento más motivada.

¿Cómo voy a saber cuándo lo he logrado? Vuelvo a esforzarme por ser concreta. Cierro los ojos y me imagino todo lo que tendrá que estar pasando para que pueda decirme a mi misma: ¡Lo has conseguido! Lo anoto con detalle. Responder a esta pregunta me ayuda a descubrir más información sobre el momento, el lugar y las personas que estarán involucradas. Me recreo en esa visualización.

¿De qué manera mi sueño afectará a las diversas facetas de mi vida? Aquí aparecen algunos temores y trato de mantenerme atenta a todos ellos. Esta idea no es lo único importante en mi vida. Quiero que sea compatible con todo lo que valoro y no quiero cambiar. Quiero que este sueño sume y no reste. Tomo nota de lo que se me va ocurriendo en este sentido y modifico un poco la primera definición.

Mientras realizo este ejercicio voy incluyendo momentos de quietud en los que respiro hondo y simplemente observo lo que siento. Siguen apareciendo miedos. Los dejo mostrarse. Voy escribiendo frases cortas que describen todo aquello que según esos miedos me pueden impoedir alcanzar el objetivo. Cuestiones relacionadas con mi voluntad, mis experiencias negativas con asuntos similares, posibles problemas de falta de tiempo, de falta de creatividad, etc… Me prometo tener todo eso en cuenta cuando realice el plan de acción. De momento, simplemente lo anoto. Una parte de mi se siente más relajada.

Pero quiero ser lo más objetiva posible. No quiero quedarme estancada en sentimientos de carencia e impotencia. Así que hago una lista de los recursos necesarios. Subrayo en color verde todo aquello que ya tengo y en color rojo lo que me falta. Ahora la visión es más equilibrada y me centro en anotar ideas sobre cómo puedo encontrar esos recursos que aún no están a mi alcance. Cosas que necesito aprender, adquirir o desarrollar y cambios a realizar en mis horarios y mis costumbres. Conforme más información anoto más matices se van añadiendo a la idea original.

Y vuelven a aparecer más temores. ¿Y si no puedo conseguir esos recursos y esas ayudas? Me obligo a pensar en más alternativas para alcanzar el objetivo. Cierro los ojos y me imagino cómo afrontaría esta situación una persona a quien admiro mucho. También pienso en qué haría si estuviera en otro país, si tuviera otra edad o si nadie me conociera. Poco a poco empiezan a surgir más caminos, más alternativas. Y más incertidumbre también.

Así que me hago la gran pregunta. La que es necesario formular para soñar con los ojos bien abiertos: ¿Qué es lo peor que puede pasar? Dejo que aparezca la escena más temida. ¿Qué haría si eso sucediera? Hay respuesta y eso me calma. Modifico algunas anotaciones anteriores, incluyo aspectos que no había tenido en cuenta, saco algunas conclusiones y me hago la otra gran pregunta. La que es necesario hacer para soñar con los ojos abiertos y mirando en la dirección que señala el corazón: ¿Qué es lo mejor que podría pasar? Hay respuesta y me entusiasma. Me recreo en esa visualización. Trato de vivirla con todos los sentidos.

Ahora ya tengo un objetivo bien formulado, una visión que me inspira y el siguiente paso es desarrollar un plan de acción que me lleve al resultado deseado. Cómo dice Anthony Robbins “establecer metas es el primer paso para transformar lo invisible en visible”. Estoy en ello.

El proceso que te acabo de describir lo he vivido muchas veces a lo largo de mi vida. Hoy he querido compartirlo contigo porque siempre me ha resultado muy útil seguir estas pautas para aclarar ideas. Espero que mi experiencia te pueda ayudar en la tarea de formulación de tus propios objetivos.  Si quieres dar el siguiente paso y elaborar un buen plan de acción te sugiero leer el artículo ¡Manos a la obra! donde explico algunas claves para lograrlo. 

Si un sueño te está llamando estás a punto de emprender un viaje en el que lo más importante no es alcanzar tu objetivo, aunque eso te mueve a ponerte en camino, sino lo que crecerás en el intento. Pues todo deseo implica que una parte de la vida que eres quiere ser de alguna soñada manera. Vida queriendo ser vida expandida. Vida que quiere ser admirada, honrada y celebrada.

En mi libro Lo que el corazón quiere contemplar hablo de ese viaje, de todos los aspectos de uno mismo que es necesario despertar para ir alcanzando metas y te ofrezco metáforas, ejercicios y herramientas útiles para ese periplo. Puedes descargarlo gratuitamente en ebook y en audio. También verlo en web o solicitarlo en papel. Si decides leerlo espero que disfrutes y te ayude en tu camino.

Gracias por tu atención. Estaré encantada de leer tus comentarios. Hasta pronto.


Contenidos relacionados:


¡Manos a la obra! Aprende a elaborar un buen plan de acción.

Carta a un sueño recién nacido: Carta de aliento a esa parte de ti capaz de volver a empezar como si fuera la primera vez.

Las semillas de tus sueños: Visualización guiada para apoyar a tus sueños en el viaje hacia su más feliz realización.



Coaching online: Si te interesa conocer mi labor profesional como coach personal te invito a visitar La Llamada También puedes escribirme a p.arcay@la-llamada.com y solicitar una sesión informativa y gratuita.
Estaré encantada de atenderte.


"En el fondo de tu corazón están esperando los sueños no cumplidos y todo el amor que aún no ha podido ser. Date permiso para vivirlos.(“Lo que el corazón quiere contemplar”) 

Ahora, a tu alcance, un apoyo para el despertar de tu consciencia: “Lo que el corazón quiere contemplar” Un libro, para  leer y practicar, que expandirá tu poder creador y promoverá la conexión con la inteligencia de tu corazón. 

Puedes leer fragmentos o el libro completo, escucharlo en audio, descargar en ebook, todo gratuitamente aquí.

jueves, 3 de julio de 2014

Cómo dar más vida a tu tiempo y ganar más tiempo para tu vida

Hace unos años asistí a un curso sobre gestión del tiempo. El primer día de clase,  el profesor se presentó con dos grandes tarros de vidrio,  de boca ancha, que colocó sobre una mesa en la que también había piedras de diferentes tamaños, grava, arena y una botella de agua. Empezó metiendo en uno de los recipientes las piedras más grandes y en el otro echó arena hasta casi rebosar. Entonces nos preguntó: ¿Cuál de los dos botes está más lleno? Y hubo unanimidad en la respuesta: aquel en el que había vertido la arena. Allí ya no cabía nada más. 

El profesor sonrío, aplaudió la respuesta y se dispuso a demostrar que era una respuesta acertada. Tomó el tarro de las piedras grandes y añadió algunas de menor tamaño, luego echó grava, después arena y finalmente lo roció de agua hasta llenarlo totalmente. En el bote de arena no hubo manera de añadir nada. Entonces nos explicó que con aquello, su intención era presentarnos una metáfora sobre  formas de ocupar el tiempo. Las piedras más grandes eran los asuntos más importantes y en el otro extremo estaban la arena y el agua que simbolizaban los menos significativos. “Si ocupáis vuestro tiempo con nimiedades no quedará espacio para ocuparos de lo que consideréis más esencial” escribió el profesor en la pizarra.

Ese día, cuando llegué a casa después de la clase, tomé una hoja de papel y la dividí en siete partes que representaban los días de la semana. Después pinté con diferentes colores las horas que estaba destinando a sueño, comidas, aseo, tareas domesticas, trabajo, ocio, estudios, vida familiar, amigos, proyectos, etc…teniendo en cuenta todo lo que ocupaba mi tiempo regularmente. Me quedé un rato observando el cuadro final y después me pregunte: ¿Cuáles son  las piedras grandes en mi vida y qué es lo que tiene menos importancia? ¿Las asignaciones de tiempo reflejan mis prioridades? Las respuestas no fueron muy satisfactorias y a partir de ahí comencé a organizarme de otra manera.

A continuación, por si te puede ser útil, quiero compartir contigo, a modo de decálogo de buenas prácticas,  lo que me ha ayudado a mejorar en esta área y los beneficios que he obtenido como consecuencia de hacerme más consciente y responsable de la gestión de mi tiempo:

1.- Dedica  un tiempo, cada semana,  a planificar la agenda de los siguientes siete días. Teniendo en cuenta la metáfora del tarro y las piedras, comienza por hacer una lista de todo aquello que quieres realizar y priorízala.

2.- Cuando tengas esa lista priorizada busca posibilidades de sinergias, es decir, formas de unir objetivos para obtener una mayor efectividad. Por ejemplo, si quieres hacer más ejercicio y también estar más tiempo con tu pareja, podríais practicar juntos algún deporte. Si te gusta escuchar música y quieres divertirte cocinando, podrías oir tus canciones favoritas mientras haces galletas.

3.- Al momento de pasar esa lista a la agenda sigue escrupulosamente el orden de prioridades que has establecido. De manera que si la agenda queda llena y aún hay asuntos de esa lista sin agendar, tendrás la seguridad de que serán los de menor importancia. El objetivo no es estar muy ocupado sino ocuparte de cosas importantes para ti, de asuntos que te ayudan a acercarte a tus objetivos vitales.

4.- Cada día reserva unos minutos para comprobar como ha resultado tu planificación. Este repaso te puede ayudar a descubrir tus resistencias, postergaciones, olvidos y distracciones más habituales.

5.- Cada semana, antes de ponerte a planificar tu agenda, repasa cómo ha ido la semana anterior, en su conjunto. Hazlo con ánimo de aprender, de conocerte mejor y de descubrir las posibilidades de mejora. Esta observación te puede ser útil para darte cuenta, por ejemplo, de cuales son tus horarios más productivos, qué tiempo real te cuestan algunas actividades habituales, qué costumbres no te aportan nada y sin embargo, te quitan tiempo, o qué tareas puedes delegar.

6.- En el día a día, asume con consciencia y responsabilidad los cambios que hagas en tu planificación. Una vez escuché que es más fácil decir no cuando hay un si latiendo en tu interior. Al organizar tu tiempo tendrás en mente todo aquello que consideras importante hacer. Son tus “sies”. Cuando otras personas te propongan otros asuntos o se presenten imprevistos,  sea cual sea tu decisión la tomarás más responsablemente y por lo tanto pasarás de reaccionar a ser más proactivo.

7.- Procura tener a la vista algún elemento visual que te recuerde el sentido de tu camino y tu escala de prioridades. Te puede valer una frase, una foto en la pantalla del móvil, etc. Cuando te sientas desorientado o estés perdiendo fuerza de voluntad,  recurre a ese símbolo y recuperarás dirección y motivación.

8.- Cultiva el agradecimiento por lo que sí puedes hacer. Aprende a aceptar lo que sucede en cada momento como punto de partida para el ejercicio de creatividad que es vivir. Después de esa aceptación haz lo que tengas que hacer para mejorarlo. Practica la plena conciencia en cada tarea. Y valora tus logros.

9.- Cada mes, párate a mirar el tramo recorrido y pregúntate: ¿Lo que estoy haciendo me acerca al lugar al que quiero llegar? ¿Estoy siendo feliz mientras camino?  Repasa cómo ha sido, en el conjunto del mes,  la distribución del tiempo en relación a tus prioridades. Y revisa también esas prioridades por si quieres cambiarlas.

10.- Tómate tus tareas para mejorar la gestión del tiempo como ejercicios de autoconocimiento y superación personal. Una buena planificación te quita presión y stress pues vacía tu mente de temas que no tienen que ser enfocados en el aquí y el ahora, contribuye a pasar pronto de la preocupación a la ocupación y te ahorra momentos de rumiar dudas innecesarias. También te ayuda a generar sensación de seguridad y confianza pues te sientes más dueño del rumbo de tu vida y con más coherencia entre lo que piensas, lo que sientes y lo que haces.

Para quien sabe lo que quiere, el tiempo significa oportunidades para lograrlo. Gestionar bien el tiempo, representa entonces, hacer tu camino aprovechando al máximo tus posibilidades de ser feliz.

Gracias por dedicar un poco de tu tiempo a leerme. Espero que hayas disfrutado. Estaré encantada de leer tus comentarios. Hasta pronto.


Contenidos relacionados:


"Vivir, amar, aprender y contribuir": Los cuatro pilares de tu equilibrio vital.

"¿Víctima o protagonista?": Aprende a liderar conscientemente tu vida.

"¡Manos a la obra!": Un ejercicio guiado para elaborar un buen plan de acción.




Coaching online: Si te interesa conocer mi labor profesional como coach personal te invito a visitar La Llamada También puedes escribirme a p.arcay@la-llamada.com y solicitar una sesión informativa y gratuita.
Estaré encantada de atenderte.

"En el fondo de tu corazón están esperando los sueños no cumplidos y todo el amor que aún no ha podido ser. Date permiso para vivirlos.(“Lo que el corazón quiere contemplar”) 

Ahora, a tu alcance, un apoyo para el despertar de tu consciencia: “Lo que el corazón quiere contemplar” Un libro, para  leer y practicar, que expandirá tu poder creador y promoverá la conexión con la inteligencia de tu corazón. 

Puedes leer fragmentos o el libro completo, escucharlo en audio, descargar en ebook, todo gratuitamente aquí.